Los habitantes de cualquier región, independiente de la distancia de la capital, sólo tienen dos espacios vitales relevantes: su propia realidad regional o provincial y Santiago. No existe por ejemplo en la política nacional bancadas transversales de parlamentarios del sur o del norte, teniendo una serie de temas que resolver en común. No existe una instancia de estructuración administrativa que agrupe a los gobiernos regionales de dos o más regiones. Lo mismo ocurre intrarregionalmente, un habitante de Curicó, Linares o Talca o resuelve sus problemas en su propia ciudad o debe viajar a Santiago.