Los medios de prensa, analista e intelectuales han creado la sensación generalizada que todos los políticos son corruptos. La forma de hacer estas críticas no aportan mucho a la solución del problema, pero si resultan utiles para distraer a la opinión pública del tema central, que es limpiar la política, enjuiciando a los políticos corruptos e inhabilitarlos para seguir participando en futuras elecciones, generales o en sus respectivos partidos.