La Argentina vive el nivel más alto de conflictividad social desde el comienzo del gobierno de Mauricio Macri. Los días 6, 7 y 8 de marzo resultaron ser una demostración de fuerza de convocatoria y de descontento contra el “modelo Macri”, un modelo neoliberal reciclado que ya ocasionó el despido de 249.143 trabajadores directos, especialmente del sector industrial, y un marcado aumento de la pobreza.