Chile, con sus 4.000 kilómetros de costa, nos propone un paisaje terrestre y humano inquietante. Aquí hay miles de fiordos y cascadas de hielo. Aquí están las voces de los indígenas de la Patagonia, de los primeros navegantes ingleses y también de los presos políticos de la dictadura de Pinochet. Algunos dicen que el agua tiene memoria.