“Me dirijo a la juventud, aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán  perseguidos porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas,  volando puentes, cortando las líneas férreas, destruyendo los oleoductos y gaseoductos. Frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder, estaban comprometidos. La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será acallada, y el metal tranquilo de mi voz no llegará a  ustedes. No importa, me seguirán oyendo, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.”