La oposición radical por tanto no solo debe mantener los actuales niveles de movilización y radicalidad sino desarrollar la capacidad de cuestionar cualquier proceso que signifique que el resultado del llamado proceso constitucional lleve a elaborar una nueva constitución remedo de la actual. Y en este proceso, la oposición radical debiera ser capaz de participar tanto en el plebiscito del mes de abril como en el resto haciendo claridad en el seno de los más amplios sectores sobre los acuerdos de las clases dominantes para mantener la esencia de la constitución pinochetista.