Como lo demuestran los acontecimientos de las últimos tiempos en Chile, la enorme mayoría de las y los chilenos, reclamamos, exigimos que Chile sea, por primera vez en su historia, verdaderamente propiedad, patrimonio y derecho del pueblo chileno. Hasta ahora, nunca lo ha sido. Desde su nacimiento como República, Chile ha sido propiedad y hacienda de un grupo de familias privilegiadas. Pero el pueblo, la ciudadanía de a pie, sin raíces encomenderas ni de abolengo, jamás ha sido dueña de nada más que de su esfuerzo, su sudor, sus sufrimientos, su hambre, su esperanza  y en los casos afortunados, de las migajas que la codicia en el poder deja caer por descuido. Hoy, el mayor bien del pueblo chileno es la indignación que ha propiciado este despertar que ya tardaba tanto.