Una vez más los actores de la escena política nacional han determinado lo que le conviene a la ‘patria’. Como antaño lo hicieran, en 1983, en 1989, lo hacen ahora, en 2019 y lo volverán a hacer en el futuro. Para muchos, el acuerdo es un avance significativo, opinión que compartimos también nosotros. Pero hasta cierto límite. Porque entre los que suscribieron el acuerdo no figuran los actores sociales, es decir, quienes impulsaron y participaron en las manifestaciones realizadas a partir del 18 de octubre pasado, sino la generalidad de la estructura político partidaria repudiada por la ciudadanía, personajes narcisistas cuya labor ha sido siempre posar para la TV o los medios de comunicación.