La sumatoria de insatisfacciones que coexisten con conquistas parciales pero reconocibles en los países latinoamericanos del giro progresista parece ir incrementándose conforme avanzan las experiencias históricas nacionales, cada una de las cuales resulta singular, produciendo un conjunto heterogéneo. No debería sorprender que los escepticismos provengan mayoritariamente de alas izquierdas de los movimientos o partidos responsables de tal viraje progresista.