A esta altura surge una interrogante ¿Podemos deslastrarnos de la cultura del derroche, si vivimos en una mina? Una mina que ahora no tiene solo petróleo, sino oro, diamantes y otros elementos raros y valiosos para los mercados actuales.
El futuro en relación a lo expuesto depende de varias cosas, pero lo clave es entender que así como llevó tiempo configurarnos socialmente, así llevará tiempo comenzar a notar los cambios. Y serán las circunstancias y los liderazgos los que modelarán el futuro.
La realidad del país está y estará marcada por la carencia, bien sea por que se mantengan los efectos de las medidas coercitivas unilaterales por parte del gobierno de los Estados Unidos de América hacia el gobierno bolivariano, o porque de asumir quienes se le oponen apliquen un conjunto de medidas de corte neoliberal. Así que todavía falta para el fondo.