En forma coincidente, el eje Macron-Merkel empieza a mostrar sus vulnerabilidades globalistas frente al ascenso nacionalista, en este caso rural, de los ‘chalecos amarillos’, que van ya por su novena semana de ‘fronda’, sin horizonte de solución, mientras que en Alemania se inicia el fin de la era Merkel. La canciller alemana abusó de su poder geoeconómico y soslayó que la geopolítica y el nacionalismo europeo han retornado más fuertes que nunca.