Lo que sucedió este diciembre de 2019 en Mendoza es un nuevo punto de inflexión. Hubo otras puebladas, como la de Famatina, en 2012; otras movilizaciones masivas, como la de Gualeguaychú, entre 2003 y 2007, pero nunca habíamos asistido al levantamiento de una provincia entera que salió a las calles, en defensa del agua, una problemática muy instalada en una provincia con escasez hídrica y algunos oasis.
Porque lo de Mendoza es algo más que un movimiento social; es la potencia de la sociedad en movimiento.