Los tiempos en los que vivimos son tan peligrosos y están tan distorsionados en la percepción pública que la propaganda ya no es, como la llamó Edward Bernays, un “gobierno invisible”. Es el gobierno. Dirige directamente sin temor a contradicción y su principal objetivo es conquistarnos: conquistar nuestro sentido del mundo, nuestra capacidad de separar la verdad de las mentiras. La era de la información es realmente la era de los medios. A través de los medios se hace la guerra, se ejecuta la censura, se imparten la retribución y la diversión, una cadena de montaje surrealista de clichés obedientes y suposiciones falsas.