Copresidir un árduo proceso negociador intergubernamental iniciado en su propia capital, instar a 33 Estados a apoyar este proceso con su firma y posterior ratificación para anunciar, seis meses después de concluido que … no se firmará, resulta a todas luces insólito (y probablemente inédito en los anales de la diplomacia multilateral): no cabe duda que con esta actitud, Chile exhibe ante la comunidad internacional un rostro totalmente desconocido, al menos hasta la fecha. 
[NdR: Estas vergüenzas son las que nos regala el gobierno de excelencia de Piñera y su Ministro de Relaciones Exteriores, el escribidor converso Roberto Ampuero.