Parte de la dinámica que está derivando en la tensión mundial que observamos, incluidos los efectos que se perciben en nuestro país, tienen un origen en la crisis mundial económica, que no solo es producto de una mala gestión económica, sino porque está derivando en una disputa geopolítica, donde las consecuencias no dan espacio para el optimismo.
La intervención en Irak no fue para derrotar a Hussein, sino para trasladar la riqueza petrolera a EE UU, cuyas consecuencias aún no terminan y están en plena dinámica. Puede ser el gatillante de una tercera guerra mundial.