Más allá que en Hijo de ladrón (Manuel Rojas) se describan hechos en la cárcel de Valparaíso, que en el fondo son las detenciones reales de Manuel en el Puerto, creo que esta ciudad tiene un pasado de movimientos sociales que marcaron enormemente la historia de Chile a través, por ejemplo, de personajes tan emblemáticos como el portuario Chamorro, situaciones complejas como el alza en el precio en el transporte público, las revueltas, etc. Es una ciudad, como la denominamos, en un ejercicio social permanente. Qué mejor escenario para un Aniceto que despierta a la observación del mundo social, qué mejor escenario para recordar fragmentos de la vida pasada en un Valparaíso cuyos lindes casi no existen y que parecen cruzarse siempre: escaleras, puertas y ventanas permiten la interacción de todos con todos y en todas las texturas de la condición humana.