Esa historia, que sólo hemos tocado someramente, revela que las relaciones entre los revolucionarios cubanos y las fuerzas progresistas de los Estados Unidos tiene una larguísima historia. José Martí vivió durante años en Nueva York y Tampa. Exploró como pocos la historia de los Estados Unidos y la de Cuba, por separado y en relación con los dos países. Entendió como pocos el sentido real de lo que significa la independencia nacional. El movimiento progresista negro de los Estados Unidos también comprendió esa lucha.