En Hungría, el primer ministro ahora puede gobernar por decreto. En el Reino Unido, los ministros tienen lo que un crítico llamó poder “impactante” para arrestar a la gente y cerrar las fronteras. El primer ministro de Israel ha cerrado los tribunales y ha emprendido una estrategia de vigilancia invasiva de la ciudadanía. Chile ha desplegado al ejército en las plazas públicas otrora ocupadas por manifestantes. Bolivia postergó sus elecciones.