«A diferencia del modelo cubano, que tanta influencia tuvo en la Revolución, nunca nos declaramos socialistas, no declaramos el partido único y hubo partidos políticos con tremendas limitaciones para actuar, la prensa estaba censurada pero existieron medios de comunicación críticos… Realmente, hubo influencia cubana, pero no hubo una copia exacta.
Nosotros partíamos del concepto de que la Revolución era… era eterna, que sería para siempre. Porque lo que se había conquistado con tanta sangre y sacrificio no podía rifarse en unas elecciones. Pensábamos que si el poder lo habíamos conquistado arriesgando la vida y dejando una gran cuota de sangre en el camino, ¿cómo unos votos iban a cambiar eso?»