No es que se haya cerrado un ciclo, y que esté por ocurrir lo mismo en Venezuela, Brasil o Ecuador, como algunos auguran, sino que la lucha desde un proyecto nacional (regional) popular necesariamente continúa y continuará. Porque la sociedad no va a suicidarse, va a defenderse de la instauración local del brutal y antidemocrático proyecto neoconservador de orden global que el nuevo gobierno representa a nivel local.