Joan Manuel Serrat, emocionado, hijo adoptivo de Orihuela por difundir a Miguel Hernández
“no hay lugar mejor que Orihuela para rendir un fraternal homenaje al niño cabrero, al amigo desgajado, al amante exiliado, al padre huérfano, a la víctima de las cárceles de la Dictadura, al hombre que cada vez que colgaba los sueños al Sol, la vida le dejaba carbón”.