El nuevo orden mundial corporocrático-totalitario, en medio de la terrible pobreza, miseria y hambre que azota a centenares de millones en el orbe entero, y que empeorará, generará inevitablemente oposición y reacciones populares violentas, si bien de igual manera será aceptado por numerosos ciudadanos. De manera que el Statu Quo tiene que justificar y proteger a como dé lugar la imposición definitiva del orden en ciernes.