Se afirma, repite y machaca que, cuando hay conflictos de esta magnitud, lo primero que muere es la verdad. Nosotros discrepamos. Creemos que lo primero que muere es la inteligencia, pues hay que ser ignorante, memo, lelo y demás perlas para creerse que Rusia se lanzó sobre Ucrania por banalidades como delirios de grandeza o despechos de amores imperiales, tipo novela de Corín Tellado.