Existe una contradicción central entre dos visiones en disputa respecto a Internet y las tecnologías digitales: por un lado, una visión centrada en los comunes, en soberanía tecnológica, en desarrollar iniciativas descentralizadas, con la defensa del interés público y los derechos de la ciudadanía como principios clave; y por otro, un proyecto en marcha de concentración monopólica de la tecnología, de los espacios y plataformas, de los datos y los sistemas, orientado hacia el lucro y la centralización del poder. En suma, una Internet ciudadana vs. una Internet corporativa.