Un brutal desempleo, una pobreza y miseria mayores, y hambre y desnutrición quizá sin precedentes están a la vuelta de la esquina, lamentable realidad de un nuevo orden mundial corporocrático-totalitario en construcción, mal llamado globalización, en el que la minoría a la cabeza de las transnacionales va acumulando cada vez más dinero a pesar del “terremoto” capitalista prolongado, es especial la élite financiera, en gran parte improductiva-parasitaria.