La mirada más profunda de Melville acerca de la relación enmarañada de la inocencia y la violencia se plasmó en la breve novela, Benito Cereno, basada en un hecho real que había acaecido en 1805 en la costa de Chile, no lejos de donde yo me puse a releer esa narración. Un grupo de esclavos se había adueñado de un barco español, masacrando a la mayoría de los blancos a bordo, tanto tripulación como pasajeros, y forzando al capitán Cereno a que los llevase a un país africano. Melville vio en esa historia verdadera una oportunidad para mostrarle a sus compatriotas complacientes el tipo de sangriento desenlace que los atendía si no abolían la lacra de la esclavitud.