Junto al Club Bilderberg – un espacio menos visible y más reducido pero de características similares – el Foro de Davos pretende erigirse en una suerte de gobernanza global paralela de carácter privado, colocando al liderazgo, al emprendedurismo empresarial, la innovación tecnológica y a las formas verticales de dirección por sobre esquemas democráticos nacionales y formas tradicionales de articulación internacional como las Naciones Unidas.