¿Pesimismo? No, al contrario, mientras existamos disidentes (vecinos organizados, comunidades indígenas, organizaciones sociales, colectivos políticos, movimientos ecológicos, instituciones de DDHH, fundaciones, corporaciones, medios de comunicación alternativos y otros más) y ofrezcamos legítima resistencia, entonces no les será fácil domesticarnos. Ya se escucha en muchos países el falaz discurso de volver a la “normalidad” -otros, de “nueva normalidad”- desconociendo por completo que fue ésta la que precisamente ha provocado todo este infame y desgarrador desastre humano: calentamiento global, desigualdades sociales y pandemia inducida.