Carlos Gardel: «Mansedumbre, rebeldía y orgullo de clase»
Álvaro Yunque prologa sus libros Versos rantes con la siguiente anécdota: “Le habían alcanzado a Carlos Gardel un tango para que lo cantara. En él se pintaba al suburbio como una madriguera de delincuentes-–¿Pero, che! –exclamó el cantor, indignado–. ¿Estos qué se creen? ¡La madona! ¡Ni que fuésemos todos delincuentes!–Y… escriben de ese modo –dijo el que llevaba el tango– porque así ven el arrabal.–¡Grupo! –gritó Gardel–. Yo sí conozco el arrabal, y allí no hay vida pa’ chorros. Además, che, si allí vive algún malandra, en cualquier suburbio hay también veinte mil laburantes que se levantan a las cinco de la matina… ¡Qué se dejen de macanear! ¡Yo no canto eso!”.
La dictadura de Videla y España intercambiaron apoyos, medallas y regalos
El régimen argentino recibió el apoyo del Estado español para acceder a foros internacionales. También hubo un nutrido cruce de condecoraciones militares. Entre los premiados se encuentra el rey Felipe. La Monarquía condecoró al salvaje general Videla, responsable de miles de asesinatos. Este mantuvo hasta el último día de su vida las condecoraciones firmadas por el monarca español, que en 1978 le concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar y el Collar de la Orden de Isabel la Católica.