Se ha hablado mucho sobre la importancia del TPP para el “libre comercio”. En realidad se trata de un acuerdo para gestionar las relaciones comerciales y las inversiones de sus miembros. Y hacerlo en nombre de los grupos de presión empresariales más poderosos de cada país. No nos equivoquemos: es evidente por la naturaleza de las principales cuestiones pendientes, sobre las que los negociadores siguen regateando, que el TPP no tiene que ver con el «libre» comercio.