Uno de los Parques más hermosos y significativos de Santiago no tiene nombre. Sus terrenos no aparecen registrados ni en Impuesto Internos, ni en el Conservador de Bienes Raices, es decir, para la ley este parque no existe. Y sin embargo allí está y su existencia es un monumento gigantesco levantado por la Dignidad, la Solidaridad y la Humanidad de un grupo de vecinos de un barrio del cual hoy, una buena parte, ya no existe.