Después de más de dos meses del gobierno Bolsonaro, el país parece encontrarse paralizado y perdido en una interminable secuencia de declaraciones bizarras que se no apuntan hacia ningún destino viable, es una producción absurda de incongruencias y desatinos. Esta indescriptible hemorragia de disparates tuvo su inicio desde el mismo día en que el gobierno tomó pose del poder el 1 de enero del presente año. Desde ese momento, los pronunciamientos del presidente y de sus principales ministros se han transformado en una verdadera “comedia de los horrores”, superándose día tras día.