El esquema es inequívoco. Empieza con el descontento popular, que luego se canaliza hacia la acción política violenta, con apoyo de estudiantes, ONG de Estados Unidos y Europa, y escritores como Svetlana Aleksiévich (Nobel 2015). Para no hablar de los nicaragüenses que, en medios como El País, de España, explican la “democracia”. mientras tanto, conviene hacerse la pregunta ¿Quiénes alimentan a los “perros de la guerra”?