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Adultos mayores alemanes a la Merkel y sus ministros: "¡No nos protejan a los mayores a este precio! "

Adultos mayores alemanes a la Merkel y sus ministros: "¡No nos protejan a los mayores a este precio! "
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Somos ciudadanos entre los 64 y 78 años. Muchos de nosotros tenemos condiciones preexistentes. Según la definición oficial, todos pertenecemos al grupo de riesgo. La idea de formar parte de un grupo de riesgo nos sorprende. No le tememos al corona virus. Respeto sí, miedo no. Nos preocupamos, en un enfoque holístico, de mantener nuestro sistema inmunológico intacto. No vemos la muerte y el morir como un riesgo. Siempre ha habido muertes en nuestras familias. Hemos acompañado a la gente en su muerte nosotros mismos, nuestros padres, amigos, compañeros de cuarto. Vemos la muerte como un último acto significativo y, por lo tanto, parte de una buena vida, aunque incluya dolor, sufrimiento y pena. Si enfermamos o morimos con o por el virus, deseamos tener a la gente cercana a nosotros a nuestro alrededor.
Por mucho que celebremos el hecho de que la vida humana se esté colocando finalmente por encima de los valores económicos, nos horroriza la forma en que la visión mecanicista del mundo se está llevando al extremo aquí. Lo que en esta visión es importante es la supervivencia puramente física, que debe ser asegurada. Con un rigor increíble, todo lo que hace que la vida valga la pena es subordinado a lo que impone esa visión. ¡No queremos eso! No para nosotros y no al precio que millones de personas están pagando por ello. Para nosotros no es simplemente la vida desnuda (supervivencia) lo que cuenta como valor absoluto, sino la calidad de vida hasta el último aliento. Cuando llegue nuestro momento, dejadnos morir, incluso con el corona virus o a causa de él.
Somos lo suficientemente viejos y autorreflexivos para estar seguros de que esta es nuestra voluntad. Nos negamos a poner la responsabilidad de nuestra salud al final de la vida en manos de expertos en salud, políticos y autoridades. Nuestra mayor preocupación personal es quedar atrapados en la máquina del corona y no poder determinar cómo morimos. Nuestra mayor esperanza personal es encontrar un médico en caso de emergencia que nos deje a nosotros y a nuestros familiares la dignidad de estar enfermos y morir.
Para culpa nuestra, no tiene que cerrar ninguna tienda ni restaurante, ni millones quedarse en casa, ni evitar ir a las iglesias, ponerse máscaras o aceptar otras restricciones en la vida social! Confiamos en el sentido común y en la capacidad natural del ser humano para cooperar y cuidarse mutuamente.
Lo que nos mueve por sobre todo es la inquietud por nuestros derechos fundamentales, los que precisamente y en nombre de la solidaridad  se han suspendido de forma tan amplia y rápidamente . Fue absolutamente desilusionante para nosotros experimentar esto en términos de la seguridad de nuestro sistema socio-político. Al igual que el papel de los medios de comunicación, la comunicación unilateral que induce al pánico ha prevalecido hasta ahora sobre la información sobria y diferenciada, que ayudaría a los ciudadanos y ciudadanas responsables a formarse su propia opinión.
¿No confían en que seamos considerados y responsables por nuestra propia iniciativa? Ante tal sacudida mundial de nuestras visiones del futuro, ¿no se necesitaría todo lo que promueva la confianza en la vida, la autodeterminación y la competencia para hacer frente a la incertidumbre y la ignorancia? En cambio, se está atendiendo a la necesidad de que las autoridades nos digan qué es lo que hay que hacer. Por lo tanto, no es sorprendente que los partidos que están ganando fuerza sean buenos en esto (Nota del traductor: se refieren a los partidos que les gusta tomar decisiones en nombre de los ciudadanos).
Les llamamos a:

  1. Proporcionarnos hechos y cifras que nos permitan a los ciudadanos y ciudadanas llegar a conclusiones razonables para nosotros mismos y usar nuestro sentido común.
  2. No más cifras absolutas sin valores de referencia plausibles. Evaluaciones de expertos en toda la gama de opiniones diferentes.
  3. No más selección de información que induzca al pánico en un solo lado.
  4. Tenernos en cuenta como ciudadanos y ciudadanas responsables. Basta de regulaciones y prohibiciones que afectan a toda la población. ¡Pueden contar con nosotros! Junto con nuestros médicos, nos vemos en condición de llegar a una evaluación de nuestra situación de riesgo personal y actuar en consecuencia.
  5. Despídanse de la idea de la vacunación obligatoria. Esta forma no combate el mal de raíz, sino que apunta al síntoma. No participaremos en esto.
  6. Abandonen el pensamiento unidimensional y el mero hecho de mirar una vacuna. Convoquen rondas de consultas interdisciplinarias que tengan una visión sistémica integral de las condiciones de vida que preservan la salud y causan enfermedades, y puedan así llegar a estrategias de acción equilibradas y moderadas. Permitan participar a los ciudadanos en este proceso y hacer que estas consultas sean transparentes.
  7. Encarguense de mantener y promover la capacidad de recuperación (resilencia), así como lo hacen con los medicamentos y las vacunas.
  8. Cuenten con nosotros cuando se trate del futuro después de la crisis. No queremos un retorno a la vieja normalidad en un 1:1.

 
Hacemos un llamamiento a ustedes y a todos los ciudadanos:
Aprendamos de esta crisis. Utilicemos la salida actual de las rutinas de la vida familiar para reflexionar sobre lo que es esencial para una buena vida. Reorientemos el futuro hacia una cultura de solidaridad con la gente y la naturaleza, hacia el mundo mejor que soñamos.
Este sería el tributo más duradero a los inmensos sacrificios que la gente de todo el mundo está haciendo en estos días.
Los autores y primeros firmantes de esta declaración:

  • MarieLuise Stiefel, Sozialwissenschaftlerin (69)
  • Adda Klaiber, Krankenschwester (72)
  • Wilhelm Zimmermann, Metzger (71)
  • Irene Harberding, Atemtherapeutin (77)
  • Erdmute Röcke, Psychotherapeutin (76)
  • Peter Hönigschmid, Architekt (78)
  • Maria Keil, Designerin (76)
  • Thomas Waldhubel, Psychologe (70)
  • Agnes Schuster, Sozialpädagogin (66)
  • Sabine Kahlfuhs, Bauingenieurin (66)
  • Claus Reimers, Dipl.Pädagoge (67)
  • Evelyne Wagner, Sozialpädagogin (71)
  • Ilselore Lehr, Kunsttherapeutin (65)
  • Ingrid Sikora, Krankenschwester (70)
  • Eika Bindgen, Heilpraktikerin (64)
  • Rolf Bronner, Handwerker (80)
  • Bernd Keuten, Mechanikermeister (70)
  • Klaus Röhrig, Installateur (67)

Hoy sábado 09 de mayo, a las 13:51, ya han firmado 16.434 personas esta iniciativa de adultos mayores alemanes
*Traducción para piensaChile: Martin Fischer
*Fuente: Change
 

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