Eliminar o minimizar la importancia que tiene la historia en la formación de futuros ciudadanos y ciudadanas sólo puede tener por objetivo sepultar el pasado, dar vuelta la página y dejar el camino abierto para repetir, como se ha hecho una y otra vez en nuestro país, los atropellos y los abusos en contra del pueblo trabajador. Por el contrario, mantener viva la historia es lo que nos permite acumular el conocimiento necesario, que aporta al avance continuo de la sociedad, formando ciudadanos y ciudadanas con capacidad de crítica, que no acepten que se acomode el pasado para facilitar un futuro falso y oportunista.