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Honduras: guía para comprender una crisis que los medios ocultan y callan

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Una de las frases más escuchadas en los últimos días es que «Honduras no es Venezuela«. Existe una gran diferencia en cómo la comunidad internacional y los medios de comunicación han abordado la crisis política en ambos países.

Activistas de la Alianza de Oposición contra la Dictadura mantienen protestas desde tempranas horas de este jueves en Tegucigalpa y otras ciudades del país contra un supuesto 'fraude' en los comicios. EFE/José Valle
Activistas de la Alianza de Oposición contra la Dictadura mantienen protestas desde tempranas horas de este jueves en Tegucigalpa y otras ciudades del país contra un supuesto ‘fraude’ en los comicios. EFE/José Valle 

A pesar de encontrarse bajo toque de queda y de llevar más de una semana sin presidente después de que se celebrasen las elecciones, Honduras no está en el centro de atención informativa internacional. Nunca lo ha estado. Sin embargo, el país centroamericano, conocido sobre todo por estar a la cabeza en índices de homicidios, vive una situación dramática. Aquí, algunas claves para quienes Honduras solo les suena por el ‘lipsus linguae’ de Federico Trillo ante las tropas de El Salvador en 2009. Con perdón del chascarrillo, lo que ocurre en el país centroamericano no es ninguna broma.

1. Quién es quién entre los candidatos

Las elecciones, que tuvieron lugar el 26 de noviembre, fue una batalla entre dos. Por un lado, Juan Orlando Hernández (popularmente conocido como JOH), del derechista Partido Nacional y actual presidente. Según la Constitución hondureña, la reelección no está permitida. Sin embargo, un fallo del Tribunal Superior de Justicia de 2015 avaló la candidatura. Aliado de EEUU y partidario de la ‘mano dura’ contra la violencia, su hermano ha sido vinculado al narcotráfico. Desde que llegó al poder ha copado los diversos estamentos del Estado hasta controlarlos casi por completo.

Por otro lado, Salvador Nasralla, un outsider que ha sido empresario y comentarista deportivo, que fundó su propia formación en 2003, el Partido Contra la Corrupción (PaC) del que fue expulsado y que ha terminado como candidato de la izquierdista Alianza de Oposición contra la Dictadura. Esta coalición la forman Libre, el partido del depuesto en 2009 José Manuel Zelaya y el Partido Innovación y Unidad (PINU). Su campaña se ha centrado en denunciar la corrupción, alertar de las ilegalidades de su oponente y prometer una asamblea constituyente en la senda del proyecto de Zelaya abortado por los militares hace ocho años. El tercer aspirante con más apoyo fue Luis Zelaya, del Partido Liberal, una formación que se ha alternado en el poder durante el último siglo con el Partido Nacional pero que tras el golpe de 2009 ha quedado muy debilitada.

2. ¿Por qué no hay presidente?

Las urnas se cerraron entre las 17:00 y las 18:00 horas del domingo 26 de noviembre. A pesar de ello, no se ha proclamado un presidente. El problema fundamental es que nadie, salvo el oficialismo, se cree los resultados que ofrece el Tribunal Supremo Electoral.

Por un lado, está la parcialidad de sus miembros. De cuatro integrantes en el órgano rector electoral, tres tienen derecho a voz y voto y uno, solo a participar en las deliberaciones. El presidente es David Matamoros, del Partido Nacional. Con él forman la terna Erick Rodríguez, del Partido Liberal y Saúl Bonilla, del Demócrata Cristiano. A ellos se suma Marco Ramiro Lobo, del partido Unificación Democrática. La principal formación opositora, la Alianza, no cuenta con ningún representante.

Por otro lado, están las fallas del sistema, cuanto menos sospechosas. Durante la última semana de campaña, era habitual escuchar a partidarios de la oposición vaticinar que el sistema se caería en caso de que su candidato fuese por delante y que, tras el apagón del sistema, el resultado se habría volteado. Así ha ocurrido. Desde el lunes, cuando el TSE anunció que Nasralla sacaba casi cinco puntos a Hernández, el sistema se ha caído al menos en tres ocasiones, el lunes, el miércoles y el jueves. Fue entonces cuando la tendencia se modificó y JOH superó a su rival.

El proceso de cómputo de votos es el siguiente. En cada mesa se registra un acta. Esta se firma, cotejada por miembros de todos los partidos, y se centraliza a un sistema informático, que controla el TSE. Es ahí donde la oposición denuncia el fraude. Las dudas sobre el sistema provocaron que los partidos realizasen su propio conteo. Nasralla asegura que, según sus datos, él ha ganado las elecciones, mientras que las cifras ofrecidas por el TSE dan la victoria a Hernández.

Vista general de empleados del Tribunal Supremo Electoral el domingo 3 de diciembre de 2017, en Tegucigalpa (Honduras). EFE
Vista general de empleados del Tribunal Supremo Electoral el domingo 3 de diciembre de 2017, en Tegucigalpa (Honduras). EFE

La alternativa que plantea la oposición para reconocer los resultados es comparar las 5.300 actas que no fueron transmitidas antes del primer fallo del sistema con el conteo realizado por sus militantes. En su opinión, ahí se encontrarán actas cuyos números han sido alterados. El TSE, por el momento, solo ha aceptado comprobar voto por voto cerca de un millar de actas. Un proceso que se realizó durante el fin de semana.

El TSE ha asegurado que no anunciará un ganador hasta que no se contabilicen los votos a diputado y alcalde (en los comicios también estaban en juego 128 escaños en la asamblea y 258 alcaldías). Sin embargo, sí que da por ganador a JOH, por un margen de unos 50.000 votos. A nadie se le escapa que, entre bambalinas, podrían estar dándose negociaciones.

3. La violencia

Honduras es un país violento, con una tasa de homicidios de entre el 51 y el 60 por cada 100.000 habitantes

Honduras es un país violento. De hecho, muy violento. Con una tasa de homicidios de entre el 51 y el 60 por cada 100.000 habitantes según diversas estimaciones, está entre los países con más asesinatos del mundo. La llegada al poder de Juan Orlando Hernández incrementó la militarización, ya que el presidente sacó a la calle a un nuevo cuerpo, la Policía Militar, a quien entregó el orden público.

Entre los factores que provocan los asesinatos están las pandillas (Mara Salvatrucha y Barrio 18 son las más conocidas), el narcotráfico (Honduras es lugar de paso hacia EEUU) y las propias fuerzas de seguridad, ya que se han documentado diversos casos de ejecuciones extrajudiciales por parte de los uniformados. Hay que tener en cuenta este contexto a la hora de contabilizar el número de muertos que se producen en las protestas. Porque en Honduras, tristemente, los homicidios son diarios. En los últimos años, el índice de asesinatos se ha reducido. Aunque los números siguen llegando a niveles de pandemia.

4. Las protestas

Ante las sospechas de fraude y cuando todavía se encontraba a la cabeza en las previsiones del TSE, el candidato de la Alianza, Salvador Nasralla, llamó a sus partidarios a movilizarse. El cambio en la tendencia y el creciente temor a que se hubiesen alterado los resultados incrementó el nivel de las protestas, que derivaron en enfrentamientos. También se produjeron saqueos, tanto en Tegucigalpa, la capital, como en San Pedro Sula, la segunda ciudad del país.

El contexto de protesta fue aprovechado por el presidente, que también defiende su reelección, para decretar un Estado de Excepción que impedía el tránsito entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana. Esta prohibición se ha relajado levemente y ahora el veto a salir a la calle se extiende de ocho de la tarde a 5 de la mañana. Desde entonces se han publicado infinidad de imágenes en las que puede verse a militares agrediendo a civiles que se encontraban en la calle a la hora prohibida o, directamente, disparando fuego real contra los manifestantes.El cómputo de muertos, según diversas fuentes, asciende a la decena. No hay cifras oficiales de detenidos, pero se han reportado decenas de arrestos.

Simpatizantes de la Alianza de Oposición contra la Dictadura realizan un plantón frente al edificio del Tribunal Supremo Electoral (TSE) el lunes 27 de noviembre de 2017 en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Gustavo Amador
Simpatizantes de la Alianza de Oposición contra la Dictadura realizan un plantón frente al edificio del Tribunal Supremo Electoral (TSE) el lunes 27 de noviembre de 2017 en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Gustavo Amador

El toque de queda no ha acabado con las movilizaciones. Diariamente se celebran marchas de apoyo a Nasralla y denunciando el fraude. Por la noche, las movilizaciones se centran en las colonias, donde se están desarrollando caceroladas. En las primeras jornadas JOH también sacó a la calle a sus partidarios, aunque en los últimos días las muestras públicas de apoyo al todavía presidente se han limitado.

5. La comunidad internacional

Una de las frases más escuchadas en los últimos días es que «Honduras no es Venezuela». Y, ciertamente, existe una gran diferencia en cómo la comunidad internacional y los medios de comunicación han abordado la crisis política en ambos países. Mientras que lo que ocurre en Venezuela acapara portadas, los graves sucesos de la última semana están pasando desapercibidos.

Lo paradójico es que diferentes instituciones desplazaron a observadores internacionales para seguir los comicios. No ha sido hasta una semana después cuando se han realizado las primeras declaraciones públicas. Tras el silencio de los primeros días, tanto la misión de la Unión Europea (UE) como la de la Organización de Estados Americanos (OEA) han reconocido que se han producido irregularidades y han considerado razonables las demandas de la oposición para que se analicen las 5.300 actas que no fueron transmitidas durante la jornada electoral, sino que se enviaron más tarde, después de la primera caída del sistema.

Está por ver hasta qué punto pueden influir las misiones internacionales para presionar al TSE

Está por ver hasta qué punto tienen capacidad de influencia estas misiones y son capaces de presionar al TSE para cuente todas las actas o si, por el contrario, sus valoraciones quedan como anécdota y el órgano rector hondureño sigue adelante con su propio conteo sin tomar en cuenta las demandas de la oposición. En términos estatales, EEUU ha mantenido un perfil bajo, con frases hechas como ‘protestas pacíficas’, pero sin incomodar a su aliado. Por otro lado, líderes como Nicolás Maduro (Venezuela) o Evo Morales (Bolivia) hablan abiertamente de ‘fraude’.

No se puede pasar por alto el valor de una victoria de Nasralla en el contexto latinoamericano. Los últimos años han sido de rearme de las posiciones conservadoras, bien a través de las urnas (Argentina) o de golpes blandos (Brasil). Hubo la tentación de pensar que la década progresista llegaba a su fin. Un triunfo progresista en Centroamérica supondría un respiro y revertiría esa sensación de repliegue, en un continente que en 2018 afronta hasta una decena de procesos electorales.

6. El golpe de Estado y la historia reciente

La política en Honduras viene marcada por el golpe de Estado con el que los militares depusieron a José Manuel Zelaya en 2009. Paradójicamente, en aquel momento se le acusaba de tratar de «aferrarse al poder» por la celebración de una consulta popular en la que preguntaba a los ciudadanos si estaban de acuerdo con un cambio en la Constitución que permitiese, entre otras cosas, su reelección. Sin consultar a nadie y con el Tribunal Supremo de Justicia copado por afines a su partido, el actual presidente ha podido ser candidato sin despertar la reacción del Ejército.

De fondo, en aquel momento lo que preocupaba era un acercamiento de Honduras al bloque bolivariano en el que se encuentran Venezuela, Bolivia y Ecuador, que aquel momento contaba también con el apoyo de Brasil y Argentina. La expulsión del poder de Zelaya dio paso a una resistencia que se alargó durante meses yque, progresivamente, fue desvaneciéndose. En 2013, el partido Libre, fundado por Zelaya (que venía del Partido Liberal), ya estuvo a punto de ganar las elecciones a través de su candidata, Xiomara Castro. Se impuso JOH y se cantó fraude. La historia vuelve a repetirse.

Durante la década de los 70 y 80, Honduras fue centro de operaciones del Ejército de EEUU

Tampoco puede obviarse la posición de Honduras en la región y su papel histórico. Centroamérica siempre ha sido considerado el ‘patio trasero’ de EEUU. Durante la década de los 70 y 80 del siglo pasado, Honduras fue centro de operaciones del Ejército estadounidense, en plena campaña contrainsurgente contra las guerrillas de Guatemala, El Salvador y Nicaragua.

7. Una crisis eterna

Según el censo de 2016 en Honduras viven cerca de 9 millones de personas. Sin embargo, se calcula que otro millón ha emigrado a EEUU. Solo este dato sirve para ilustrar la difícil situación que atraviesa el país. Más del 60% de la población se encuentra bajo el umbral de la pobreza, el 20% en pobreza extrema, el analfabetismo llega supera el 10% y el Estado es incapaz de proveer bienes y servicios básicos como la educación o la sanidad. Solo eso explica por qué tantos hondureños sueñan con hacer las maletas y marcharse a buscar una vida mejor. A ello se le suma la pandemia de la violencia, que provoca un fenómeno de refugiados internos y externos (a EEUU, México e incluso Guatemala) que existe a pesar de no ser oficialmente reconocido.

Las políticas de los últimos años, fuertemente ligadas a EEUU, han permitido la llegada de empresas transnacionales y el desarrollo de proyectos extractivistas que no han mejorado las condiciones de vida de la población.
A ello se le suma un incremento de la represión y persecución contra activistas, con casos como el de Berta Cáceres, asesinada en 2016.

ALBERTO PRADILLA

*Fuente: Público.es

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Honduras: Alianza opositora y actas del fraude

 05/12/2017.-

“La historia de Honduras se puede escribir en una gota de “pus” de impunidad, corrupción y fraude”
Ernesto Paz Aguilar

Como se esperaba, después de concluir el conteo de las 1,031 actas que, según David Matamoros Batson, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y militante del Partido Nacional de Honduras, presentaban inconsistencias y deberían pasar a conteo especial, el Presidente de la Republica, Juan Orlando Hernández (JOH), aventaja a Salvador Nasralla en el conteo de votos, por lo que la prensa mediática y tarifada lo presenta como el presidente reelecto. 

Según los datos del TSE, cuestionados por dirigentes de la Alianza Opositora y del Partido Liberal, la diferencia entre uno y otro candidato es de 52,331 votos, o sea de 1.6%, en una elección donde supuestamente votó más de 3.1 millones de personas, pero menos del 50% de los aptos para ejercer el sufragio según un padrón electoral no depurado, donde se identificaron incluso muertos habilitados para ejercerlo.

Este conteo especial lo realizó el TSE sin la participación de representantes de los partidos políticos en contienda (Alianza Opositora y Partido Nacional), pero con la presencia de observadores internacionales y dirigentes de organizaciones afines al gobierno, como ser ciertos directivos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Federación Nacional de Patronatos de Honduras (línea oficialista) y miembros de las Iglesias Evangélicas. Estas organizaciones hicieron declaraciones y pronunciamientos públicos a favor de la democracia y exigen del TSE acelerar el conteo de votos ya que Honduras no puede seguir en la incertidumbre, llamando a los candidatos a aceptar los resultados.

La Alianza Opositora hizo público un documento donde fija su posición acerca de la no participación en dicho conteo, manejado por un TSE, falto de credibilidad y con serios indicios de llevar a cabo un proceso de registro de actas y transmisión de resultados poco transparente. Igualmente, en respuesta a la falta de cumplimiento de dicho Tribunal acerca de sus demandas de información que deberían ser evacuadas por dicho órgano electoral, cosa que no pasó, ya que la información entregada a los técnicos de la Alianza Opositora, fue parcial e incompleta.

La principal demanda es que vuelvan a contarse unas 5,200 actas que no entraron al sistema desde las mesas de escrutinio al Centro de Cómputo del TSE, sino desde las bodegas del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), el almacén de urnas, al Centro de Cómputo. Con la entrada de estas actas sucedió algo curioso: La tendencia que daba la ventaja a Salvador Nasralla por 5% cambió radicalmente, y al final JOH salió ganando la elección impulsado por un crecimiento de 7%; es decir, no solo cambió los resultados de la tendencia sino que empezó a ganar la elección con un amplio margen (crecimiento mucho mayor que la tendencia anterior). Estas actas entraron supuestamente, después de caerse el sistema por más de 24 horas (promedio), lo cual generó dudas entre los miembros de la Alianza y observadores internacionales ya que se gastaron más de 100 millones de lempiras en el mismo, y la empresa contratada garantizó que esto no sucedería, al igual que la saturación del disco duro.

El TSE ha dicho que atenderá las demandas de la Alianza Opositora, pero como reclamos por inconsistencias, es decir que, para su presidente Matamoros Batson, no procede volver a contar las llamadas Actas del fraude según el presidente Manuel Zelaya Rosales, Coordinador General de la Alianza Opositora. Ello, aun cuando, la Organización de Estados Americanos (OEA), en un comunicado manifestó que dichas actas deben ser revisadas para darle más transparencia al proceso, defender el voto del pueblo y eliminar cualquier duda de fraude en la trasmisión y conteo de actas no ingresadas en forma directa al sistema.

En esos mismos términos se ha pronunciado la delegación de observadores de la UE, a efecto de poder demostrar la transparencia del proceso y como un medio para respetar la voluntad popular expresada en las urnas, cualquiera que fuera el resultado. Según expertos en la materia, se está a tiempo para realizar dicho conteo directo de las 5,200 actas del fraude, por lo que no hay justificación técnica para no hacerlo.

Es poco probable que el TSE acceda a esta petición, ya que es controlado por el Partido de Gobierno, aunque algunos de sus miembros como Marco Darío Lobo se pronuncian a favor de ello; sin embargo, la presión de los Observadores Internacionales puede hacer que cambien esta voluntad de no conteo, en tanto un comunicado oficial declarando ganador a JOH tendría amplias repercusiones de tipo político y económico, volviéndose las marchas cívicas que realizan los simpatizantes de la Alianza Opositora y pueblo, en costumbre.

Para el presidenciable Salvador Nasralla, la Alianza Opositora contra la Dictadura se está preparando para cotejar actas, revisar cartillas de registro y volver a contar los votos  que se registran en  las 5,200 actas, igual con las 1,600 actas de tres departamentos: La Paz, Intibucá y Lempira, donde el promedio de votos registrado es mayor que el promedio nacional; mientras en los centros urbanos grandes como Tegucigalpa y San Pedro Sula, se registra el voto de 1,000 personas, en estos departamentos rurales se registran 1,500 votos.

Por estos hechos, el presidenciable Salvador Nasralla solicitará a la OEA se convoque al Consejo de Seguridad para presentar las pruebas del fraude, y se facilite el `proceso de transición democrática en el país.

Tegucigalpa, DC, 4 de septiembre de 2017

*Fuente: Agencia Latinoamericana de Información

 

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1 Comentario

  1. Tatiana Lobo

    Mientras se cuentan los votos la Embajada revisa sus estrategias…

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