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Sexualidad y consumo neoliberal. Entrevista a una joven ‘scort’

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Nota de la Redacción de piensaChile:
Una chica de compañíadama de compañíacall girl o escort es una acompañante remunerada para eventos sociales, es decir, a la que un cliente paga por acudir con él a reuniones, fiestas, salidas a otra ciudad, etc. La contratación puede incluir o no sexo. En la mayoría de los casos, el cliente de este servicio busca sobre todo el sentimiento de superioridad que proporciona estar acompañado por una mujer con un alto nivel de estudios y una excelente presencia.1 Estas personas suelen trabajar en lo que se conoce como agencias escorts o agencias de acompañantes.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Chica_de_compañía

Entrevista a Fran (F.), Scort

 

(JPEG)Alex Ibarra: Cuando comencé esta serie de entrevistas intituladas “belleza, chilena” no tenía claro el itinerario, pero si me había propuesto entrevistar a alguna actriz, música, mujeres con presencia en el espacio público, para con ellas realizar un diálogo de índole filosófico y político, era una provocación y un experimento. Haciendo un balance positivo de la experiencia me parece necesario integrar otros relatos a la serie y para eso pensé en un tipo de mujer menos pública, pensé en que tenía mucha importancia incluir algunas miradas que pudieran aportar a estos testimonios de época desde lugares menos comunes para hablar de cuestiones que podrían ser clasificadas de intelectuales. Así comenzó mi intento no sólo por entrevistar a una scort, sino que de invitarla a un diálogo, no fue fácil encontrar una cómplice, incluso a ti no te pareció una buena idea al comienzo. ¿Por qué te convenciste finalmente? ¿Te parece que es importante el diálogo sin exclusiones en la construcción de una sociedad diferente para Chile?

Fran: Desde que nacemos estamos en una constante exclusión: el lugar dónde vivimos, la escuela en que nos formamos, la oportunidad que tenemos de educarnos si es académica o no, el trabajo que tenemos, el sentirnos parte de una sociedad determinada por un extremo consumo, la falta de una educación que te ayude a pensar y no a obedecer… En general siempre estamos excluidos. Por aquello creo que la única forma de inclusión es la lucha en todas sus formas. Por eso es difícil la construcción de una sociedad distinta si no tenemos los instrumentos y los medios para sacarnos la ignorancia que a los poderes fácticos les conviene. Somos sólo zombies que necesitamos consumo, el pensar y cuestionar es peligroso.

Me interesó tu entrevista, pues me pone en una situación distinta, el hecho de que a pesar que creo la situación actual no cambiará, me da la oportunidad de señalar aspectos que debemos enfrentar, conductas que debemos cambiar, tareas a realizar, aspiraciones que debemos cumplir. Es necesario luchar contra la programación que desde niños nos han impuesto por medio de la cultura, la familia, el medio ambiente, la religión, sobre todo porque hemos edificado la cuestión moral como símbolo imperioso y controlador de la sociedad.

Alex Ibarra: En mi intento de convencerte para que no creyeras que te estaba haciendo una tomadura de pelo te envié algunas de las entrevistas que ya habíamos publicado, tomaste en serio la propuesta manifestando tu interés por lo político. Lo primero que pensé es que estaba frente a una mujer con formación académica, ¿tuviste la suerte de completar tus estudios o eres una de las tantas personas que dado el alto costo de la educación no pudo optar a los estudios superiores? ¿De dónde viene tu valoración por los temas políticos?

Fran: Tuve la suerte de completar mis estudios universitarios y los hice trabajando como scort, fue difícil pero lo logré, trabajé muchos años en lo que estudié, ayudé a mi familia. No te puedo decir por qué decidí volver a ser acompañante pues comprometo mi profesión universitaria y para mi es peligroso. Sin embargo, te puedo decir que volví como scort por varios motivos, y no porque sea fácil, es lo totalmente contrario. Se gana “lucas” si es que las sabes administrar, si no te involucras en las drogas, ya que en éste ambiente se da mucho, pues los mejores clientes son los que te contratan por muchas horas y consumen drogas y ellos quieren que los acompañes. También está la adrenalina que se siente al trabajar como scort. Seguramente algún problema de identidad, ambivalencia en mi salud mental, pues el peligro que conlleva este trabajo es muy grande. No quiero tratar de justificarme aunque así lo parezca, creo que es difícil tratar de explicar y convencer que este trabajo es como cualquiera aunque con más riesgos. El neoliberalismo prostituye a las personas, las esclaviza, las hace individualista, las inhumaniza (sic) y nadie desacredita esas prácticas. Las prostitutas, scort, acompañantes o como quieran llamarlas son personas que no sólo dan sexo, sino que acompañan a un hombre que a veces se siente solo o desamparado por su mujer, o también aquel que no puede conseguir una pareja y necesita todo lo que los demás tienen. No puedo negar que somos un poco amigas, psicólogas, compañeras, amantes, fantasías, lujuria. Muchas veces hay también un drama humano en nuestros clientes. Mis clientes valoran mi formación es por ello que me pueden presentar en una cena de negocios o en una fiesta de alto nivel.

Más que valoración por los temas políticos es mi internalización de aquello, pues vengo de los tiempos en que se trató peyorativamente el término. Pinochet y la dictadura hicieron crecer en mi la curiosidad por temas que estaban proscritos como literatura, música y en todas las artes. Si la Junta Militar decía que no había que escuchar radio Moscú, era porque entonces sí había que hacerlo. En esos tiempos nuestra cultura, la lectura, era escasa y pobre, los libros políticos, la poesía de denuncia, la música de revolución, la filosofía crítica, estaban prohibidas, y uno se iba pasando libros o habían lugares clandestinos y necesarios en donde se diera la formación política. Estuve en formación de cuadros y me interesé siempre por temas de política internacional. Creo que la televisión deforma las capacidades intelectuales las reduce a su mínima expresión. Entonces, me pregunto que es peor… ser scort o vender, mentir y consumir para que no puedas pensar… yo soy una scort pensante (aunque lo más difícil es pensar).

Alex Ibarra: Me vas a tener que disculpar, pero te voy a hacer algunas preguntas que tienen que ver con tu práctica laboral. Espero no incomodarte con estas preguntas que espero me queden formuladas con la marca del profundo respeto a tu persona. Una pregunta que he realizado a otras entrevistadas también son en torno al erotismo y a la sexualidad, ¿crees que el Chile actual tiene menos tabúes con la manifestación de las prácticas eróticas?, ¿las fantasías eróticas de los chilenos y chilenas te parecen que se han ido complejizando o más bien se encuentran todavía bajo lo que podríamos llamar como criterios “normales” y no tan extrañas?

Fran: Creo que las prácticas eróticas han avanzado, los chilenos se atreven más. Los clientes son desde hombres casados, pasando por divorciados, solteros, desde 18 a 90 años. Ellos quieren satisfacer una infinidad de fantasías, hay algunas muy normales como utilizar disfraces, otras son cambios de rol (en éstas seguro hay un problema de identidad que no se atreven a confesar), también hay los que quieren interactuar con dos o más mujeres (trios-cuadros plásticos), fantasías de alumno-profesora. Las más extrañas y las que no acepto son madre-hijo o padre-hija, creo que estos clientes son peligrosos y tienen un problema grave de sicopatía. En general, te puedo decir que los chilenos están más abiertos a compartir sus deseos eróticos, sus necesidades de erotización reprimidas socialmente. La scort representa lo prohibido, eso los apasiona, los vuelve locos. Ahora es más fácil conseguir una cita, las scort ya no están solamente en las calles, hay de todo nivel, en periódicos, páginas, clubes, etc.

Alex Ibarra: Parte del oficio o del profesionalismo de una scort adquiere hoy algunos niveles de tecnificación, con esto me refiero a que se toman con seriedad cuestiones relacionadas al marketing y la publicidad, por ejemplo galerías fotográficas hechas por fotógrafos profesionales, promoción de los servicios vía web, etc. ¿Te parece que el consumo sexual tiene que ver con variables propias de una cultura del consumo en donde todo tiene precio? ¿Cómo ves la relación de nuestra sociedad con el consumo en general?

Fran: Obviamente ahora está tecnificado todo lo que se relaciona a la publicidad. Hay páginas en que las scort se pueden publicar gratuitamente, pero las páginas pagadas cobran desde 100 a 300 mil pesos mensuales y son muy visitadas por los chilenos. Para ser una acompañante de alto nivel hay que hacer muchos gastos en la imagen, fotografías y pago de páginas, además del lugar donde se atiende debe estar en una buena comuna y barrio. Los precios que cobra una vip son altos y el cuidado en torno al control de salud también es muy prolijo. Es necesario el marketing y obviamente este trabajo está en la categoría de consumo de compra-venta, es por ello que hay diferentes ofertas en el medio.

Respecto al consumo, es algo generalizado que está internalizado en una sociedad capitalista y neoliberal brutal, donde todo es desechable y nos endeudamos por años trayéndonos como consecuencia muchos problemas de salud mental (depresión, angustia). Nos esclaviza, nos somete, no nos deja tiempo para la reflexión, no nos abre nuestra mente para lo cultural, para la solidaridad.

Alex Ibarra: Hay discursos feministas que no aceptan por ningún motivo la construcción estereotipada de la mujer “objeto” tan propia de las culturas machistas que suelen ejercer violencia en contra de la mujer. ¿Tienes algún análisis sobre el machismo en nuestra cultura? ¿Te ha tocado vivir situaciones desagradables de violencia relacionadas al servicio que ofreces?

Fran: El feminismo es una lucha de búsqueda del empoderamiento de la mujer en muchos ámbitos de liberación, por ejemplo el reconocimiento, que nos vean como iguales, que nos vean como pensantes no como inferiores. Hasta el lenguaje que utilizamos es machista y existe una serie de estereotipos: desde pequeñas nos regalan baterías de cocina, muñecas, en el colegio nos enseñaban a bordar y a cocinar. La lucha de la mujer en esta liberación, se acentuó en la década de los 70’, aquí fue cuando surgió un feminismo radical, una constante resistencia desde el feminismo y frente a esto la respuesta del machismo fue «revanchismo», ya que se iba a la raíz del problema: el patriarcado, las relaciones igualitarias entre hombre y mujer en todo, cultura, sexualidad, en el trabajo, el rol de la mujer en la familia. Paradójicamente somos las mujeres en la casa las que formamos al machista, con prácticas en las que “el niño” no debe limpiar, no debe cocinar, etc.

He sufrido violencia en este trabajo, fue cuando empecé, no tenía experiencia y era muy joven, pero fueron casos puntuales no generalizados. Hoy me cuido de diferentes maneras, soy independiente y trabajo sola. Tengo herramientas para solucionar estos problemas, te puedo contar algunos de ellos: no atiendo a personas que hablen mal o me traten vulgarmente por teléfono, no atiendo a gente que ha bebido alcohol, no atiendo a los que me piden que los acompañe con drogas, a los que me piden fantasías extrañas, no voy a domicilios sólo a hoteles con recepcionistas… bueno y otros resguardos que no te puedo mencionar.

Alex Ibarra: Se suele decir que las personas que les toca tratar con diferentes personas desarrollan grandes habilidades para entender la sicología de las personas, por esta razón he ido planteándote preguntas generales en relación al tipo de sociedad que somos. Siguiendo en esa línea te quería preguntar, ¿consideras que Chile es una sociedad clasista? ¿Te has sentido discriminada?

Fran: La discriminación no sólo es en lo que hago. Creo que en una sociedad de consumo y capitalista las personas te valoran según lo que tienes, el lugar que vives, el colegio o universidad en que estudias, etc. Chile es un país clasista, este es el legado de la sociedad neoliberal que nos dejó la dictadura a nuestro país y a las nuevas generaciones. Chile es el claro ejemplo de una sociedad consumista, clasista y arribista en todos los estados sociales y sin distinguir rasgos etarios. Podemos ver la abismante diferencia entre las clases alta, media y baja.

Claro que me he sentido discriminada sobre todo en lo que trabajo ahora. No por los clientes por la sociedad en general.

Alex Ibarra: Seguramente tu manera de ganarte de vida es de una inestabilidad laboral tremenda, a pesar de las buenas ganancias que puedas obtener, ¿piensas en el futuro y las necesidades económicas? ¿Qué te parecen las demandas sociales en torno a las jubilaciones y pensiones de nuestros viejos?

Fran: Por mi trabajo anterior tengo capitalización en una AFP, es irrisoria la pensión que obtendré. Con lo que he ganado en este trabajo he tomado algunos resguardos, por ejemplo tengo dos departamentos que compré como inversión, con lo cual puedo decir que tendré una vejez tranquila.

Es terrible cómo nos han engañado con las AFP. Aquellos en que creímos cuando terminó la dictadura se beneficiaron y no cambiaron nada en nuestra constitución, nos robaron todo, la salud, la educación, el cobre, nuestras pensiones. Es difícil luchar con los poderes fácticos, la clase política no quiere perder sus privilegios. Ellos no cambiarán nada y mientras en Chile sea más importante ver y saber lo que come Alexis Sánchez a diario, o que Chile se paralice por un partido de fútbol o por el término de un reality, será muy difícil que el pueblo se eduque en estas materias. Hoy el pueblo ha despertado un poco, pero es porque se les toca el bolsillo, ojalá despertara por todos los atropellos a los más desposeídos, al pueblo mapuche, a nuestros viejos. Ahí empezaría una real reivindicación de nuestro pueblo.

Alex Ibarra: Fran, tengo que agradecerte la entrevista que aceptaste, espero no haberte incomodado con alguna pregunta, creo que nos colocas frente a un importante testimonio para la radiografía de época que venimos haciendo con esta serie de entrevistas. ¿Te sentiste incómoda en algunos momentos del diálogo? ¿Te resultó complejo desarrollar la entrevista?

Fran: Me sentí muy cómoda. Estas cosas siempre las analizo con gente cercana, leo harto y estoy informada aún cuando no manejo obviamente la totalidad de los temas. Siempre pongo pasión en todo lo que hago soy muy vehemente eso me juega en contra. Te agradezco tu entrevista y espero que en esta charla se pueda apreciar que las scort también tenemos opinión, somos mujeres y somos parte de esta sociedad cartucha y moralista. Esos mismos que nos discriminan públicamente son seguramente nuestros clientes. SIN CLIENTES NO HAY SCORT.

-El autor, Alex Ibarra Peña (A.I), pertenece al Colectivo de Pensamiento Crítico “palabra encapuchada”.

Otros artículos del autor con entrevistas a mujeres:

Convivencia y derechos transgéneros
por Alex Ibarra (Chile)
Publicado el 9 diciembre, 2016

Democracia, solidaridad, amor, y respeto por la diversidad
por Alex Ibarra (Chile)
Publicado el 24 octubre, 2016

Feminismos latinoamericano y filosofías de la liberación
por Alex Ibarra (Chile)
Publicado el 28 noviembre, 2015

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2 Comentarios

  1. olga larrazabal

    Sería interesante ver una entrevista a un «escort» masculino.

  2. José Maria Vega Fernandez

    De acuerdo, ojalá sea una mujer quien le haga la entrevista.

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