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Monsanto, el agente naranja y las guerras estadounidenses

Monsanto, el agente naranja y las guerras estadounidenses
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Traducido para Rebelión por Felisa Sastre
Las tecnologías letales no son algo nuevo en Monsanto. Con otras seis firmas estadounidenses, esta empresa ha fabricado una de las más terribles armas químicas: el agente naranja.
Vidas destrozadas
Lien, Hong y Nga son tres vietnamitas que nunca pronunciarán sus nombres, tampoco sus hermanos Hung y Manh. Los cinco nacieron entre 1971 y 1985 y los cinco son sordomudos de nacimiento y tienen defienciencias mentales. Long, su madre, y But, su padre, fueron combatientes durante la guerra. Ella desactivaba minas y él formaba parte de una unidad regular. Los dos estuvieron expuestos a los herbicidas lanzados por la aviación estadounidense.
En el hospital Tu Du de la ciudad de Ho Chi Minh, desde 1980 el 30 % de los recién nacidos sufren malformaciones: brazos o piernas atrofiadas, paladares partidos, espina bífida, niños con síndrome de Down. Diecisiete años después de que acabaran los lanzamientos de herbicidas, las sustancias tóxicas se encuentran todavía en las frutas y verduras cultivadas en suelos atiborrados de la dioxina fabricada por Monsanto. Una segunda generación nacida después de la guerra es víctima de las armas químicas utilizadas por los estadounidenses. “Los que nacen no son bebés sino monstruos”, se indigna el Dr. Le Diem tras haber ayudado a nacer a un niño cuyos órganos genitales emergen del rostro.
El capitán Tom Nesbitt pilotaba uno de los helicópteros Bell Huey de la 114 compañía de asalto con base en Vihn Long, en el delta del Mekong. A principios de 1971, salió en misión para pulverizar de herbicidas la selva de U Minh. Cuando daba la vuelta, después de cada pasada, centenares de gotitas penetraban en el interior del aparato. Nesbitt, como sus compañeros, no llevaba ningún tipo de protección. Veinte años después, sufre problemas físicos y psicológicos. Su médico le ha desaconsejado firmemente que tenga hijos porque podrían tener graves discapacidades. Muchos soldados, expuestos como él, han sufrido graves trastornos desde entonces. Muchos han muerto tras el fin de la guerra.
El agente naranja
Durante la segunda guerra mundial, mientras que las fuerzas estadounidenses rechazaban con dificultad al ejército japonés, se barajó la idea de matar de hambre a Japón destruyendo sus cosechas de arroz por medio de un potente herbicida. El Gobierno financió las investigaciones que desembocaron en una combinación de dos herbicidas: el 2,4-D y el 2,4,5-T. Una combinación que pasará al historia con el nombre de agente naranja. A partir de la fabricación del segundo herbicida, que constituye el 48 por ciento de la composición de este defoliante, apareció un producto derivado: el TCDD, más conocido con el nombre de “dioxina”. Según los fabricantes, esta “impureza” no puede eliminarse. Cuanto mayor es la cantidad de herbicida 2,4,5-T en la composición del defoliante, mayor es la tasa de dioxina.
El agente naranja se probó en un atolón del Pacífico y su nocividad fue tal que el presidente Roosevelt decidió renunciar a él y prohibió al ejército estadounidense su utilización. Sus sucesores no tuvieron los mismos escrúpulos y el presidente Eisenhower autorizó en 1959 que se pusiese a punto la tecnología aérea que hiciese posible la fumigación del herbicida.
A principios de los años sesenta, Monsanto y otras seis empresas estadounidenses (Dow Chemicals, Diamond Shamrock Corporation, Hercules Inc, Uniroyal Inc., T-H Agricultural & Nutrition Company y Thomson Chemical Corporation) producen herbicidas que contienen TCDD mientras las investigaciones médicas establecen de forma incuestionable su triple efecto: provoca cáncer, causa malformaciones congénitas en el feto y origina modificaciones genéticas.
Durante la segunda guerra de Indochina
El 30 de noviembre de 1961, el presidente Kennedy dio luz verde para las operaciones aéreas encaminadas a la deforestación de la selva vietnamita. Meses después, firmó la orden de utilizar los mismos medios para destruir las cosechas agrícolas. La operación “Ranch Hand” se puso en marcha y el 12 de enero de 1962 un bimotor Hércules C-123 despegó para la primera misión de la mayor guerra química jamás llevada a cabo en la historia de la humanidad.
Por primera vez, la destrucción del medio ambiente se convirtió en objetivo de guerra: había que evitar que la selva y los matorrales ocultaran al adversario, sus escondites y sus desplazamientos. Había que destruir las cosechas de las que se alimentaba la población mal controlada y provocar la huida de los campesinos de los campos en los que se había infiltrado la guerrilla.
Durante diez años, la aviación estadounidense lanzó 72 millones de litros de herbicidas, de los que 41.635.000 eran de agente naranja, sobre una superficie que totalizaba en los tres países afectados cerca de 2 millones de hectáreas de bosques y arrozales, un 34 % de los cuales fue fumigado en más de una ocasión y al menos el 12 % lo fue tres veces. Los territorios marcados como objetivo se extendían a lo largo de los 1.600 km. de la carretera Ho Chi Minh en Laos y Camboya; en la zona que va desde el delta del Mekong hasta la península de Camau; en Vietnam del Sur; en la región que bordea Camboya y Laos, en la zona especial bautizada como Rung Sat que controla todos los ríos que van a Saigón y sobre la zona desmilitarizada al sur del paralelo 17 que marca la frontera entre los dos Vietnam.
Balance humano
Es imposible cuantificarlo de manera precisa. Decenas de millares de civiles quedaron expuestos a los herbicidas así como miles de combatientes vietnamitas y estadounidenses.
En Vietnam los índices de concentración de dioxina detectada en adultos, así como en los niños nacidos después de la guerra, es anormalmente elevada en las regiones donde se lanzó el agente naranja.

Mientras que en el resto del sur de Asia la frecuencia del choriocarcinoma– una variante del cáncer de útero-es de 1-2 por mil, en Vietnam del Sur es del 6 por ciento.
Tras la guerra, miles de soldados estadounidenses, australianos, coreanos, neozelandeses que habían prestado servicio en Vietnam han tenido y todavía sufren enfermedades de la piel, tumores, diferentes formas de la enfermedad de Hodgkins, cáncer de pulmón, de tráquea y de próstata. El índice de niños con malformaciones físicas o mentales cuyos padres habían estado en Vietnam es anormalmente alto. La muerte súbita entre bebés de soldados expuestos al agente naranja es cuatro veces más frecuente que entre los otros lactantes. La tasa de mortalidad prematura es mucho más elevada entre los veteranos de Vietnam que estuvieron expuestos a los herbicidas que entre otros ex combatientes.

No existe razón alguna para pensar que estos problemas detectados con facilidad en los países ricos no se hayan producido de la misma manera en los tres países indochinos víctimas del agente naranja.
El balance ecológico provocado sólo por los herbicidas (a los que habrían de añadirse los daños provocados por los bombardeos, y en particular los producidos por el NAPALM) es el siguiente:

  • 43 % de los suelos cultivados envenenados
  • 60 % de las plantaciones de caucho destruidas.
  • 44 % de los bosques arrasados
  • 36 % de los manglares destruidos y se necesitará más de cien años para recuperarlos.
  • En Vietnam del Sur,30 años después, 6.250 km2 son incultivables.
  • En Camboya, 150.000 has. de bosques y plantaciones de caucho quedaron destruidos.
  • En Laos, se destruyeron 160.000 has. de bosque.
  • Contaminación masiva de las aguas (en 1995, un río del centro de Vietnam contenía una tasa de dioxina mil veces más elevada que un río canadiense de una zona industrial) y de los suelos agrícolas que han provocado el envenenamiento durante decenios del conjunto de la cadena alimentaria.

Durante esos mismos años sesenta, asimismo se lanzaron 75.700 litros de agente naranja sobre la zona desmilitarizada que bordea la frontera entre las dos Coreas.
Uno de los mayores crímenes contra la humanidad
En el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, se emplearon una treintena de agentes químicos, entre ellos los gases utilizados por las tropas alemanas en abril de 1915 en la región de Ypres (Bélgica). Los riesgos que corrían los soldados de los dos bandos y de sus poblaciones civiles por el uso de armas semejantes incitaron a los gobiernos a adoptar lo que se plasmó en el “Protocolo de Ginebra de 1925”.
Éste prohibía el uso de sustancias sólidas, líquidas o gaseosas susceptibles de provocar un efecto tóxico sobre las plantas, los animales y los seres humanos. El Protocolo prohíbe además la utilización como arma de guerra de cualquier sustancias cuyos efectos sean desconocidos. El herbicida empleado con fines militares entra en la categoría de armas químicas.
El Protocolo de 1925 formaba parte del derecho internacional en vigor relativo a las armas químicas cuando se inició la intervención estadounidense en Vietnam. Al autorizar la utilización del agente naranja para destruir bosques y arrozales. El presidente de Estados Unidos lo violó de forma deliberada.
El agente naranja como los demás herbicidas que contienen TCDD provoca malformaciones psíquicas y /o mentales en el recién nacido, y en los adultos disfunciones físicas y / o mentales que pueden llevar a la muerte. Se trata de un arma química de una nocividad extrema.
Por haber fabricado un herbicida con un fuerte contenido en dioxina, y por haberlo utilizado de forma masiva como arma química, siete firmas estadounidenses-entre ellas Monsanto- y el Gobierno de Estados Unidos comparten la responsabilidad de uno de los más graves crímenes contra la humanidad. Un crimen que todavía hoy tiene consecuencias. Un crimen que hoy todavía permanece impune.
El autor, Raoul Marc Jennar, es investigador del URFIG/ Fundación Copernic.
Fuente original: http://mondialisation.ca/index.php?context=viewArticle&code=MAR20051201&articleId=1379
Fuente para piensaChile: Rebelión
Fuentes:

  • Cecil B. Curie, Residual Dioxin in Vietnam, Charlottesville, University of Virginia, The Sixties Project, 1992.
  • Croix Rouge du Vietnam- Fonds des victimes de l’agent orange, Hanoi, 1999.
  • Hutchinson Encyclopedia, Chemical Warfare, Washington DC, Helicon Publishing, 1999 .
  • Institute of Medecine, Veterans and Agent Orange, Washington DC, National Academy Press, 1999.
  • Pepall Jennifer, Comment reboiser le Vietnam?, Québec, CRDI Explore, Centre de Recherches pour le Développement International, 1995.
  • Solomon Kane & Franck Altobelli, Les nouvelles générations sacrifiées de la guerre américaine au Vietnam, Bruxelles, De Morgen, 27 novembre 1998.
  • US Department of Veterans Affairs, Agent Orange and related issues, Washington DC, 1997.
  • William A. Buckingham Jr, Ph.D., Operation Ranch Hand. Herbicides in Southeast Asia, 1961-1971. Washington DC, US Government

 

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1 Comentario

  1. olga larrazabal

    Ahora aplican el Glifosato a las cosechas transgénicas y siguen envenenando a la Humanidad. Hay pruebas científicas más que suficientes que respaldan la peligrosidad del Glifosato y su derivado que se vende como Roundup, y Chile que tiene una doctora en Medicina a la cabeza todavía no los prohibe.

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