De acuerdo a lo que describen los informes de la época, redactados por la Policía de Investigaciones y a los análisis científicos realizados por el Dr. Julián Aceitero Gómez, respecto del arma utilizada, la posición con que se informa que se encontró el cadáver, las huellas que tendrían que haber dejado los proyectiles disparados por el arma utilizada, etc. queda claro y en evidencia que resulta imposible que el presidente Allende se haya suicidado en la forma que se describe como oficial en los sumarios realizados. En otras palabras, solo cabe concluir que la ilustración en el sumario de la “posición de disparo”, es decir, la posición del fusil y la postura adoptada por el presidente Allende al momento del disparo, es incorrecta, y por lo tanto falsa.
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