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El voto de un ciudadano chileno, vale callampa

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Cuando llega el periodo de elecciones, se suceden los sesudos análisis sobre las razones que explican la indiferencia de la población chilena para participar en las elecciones, lo que incluso motivó el cambio de la legislación para incorporar a todos los que cumplían con los requisitos, inscribiéndolos obligatoriamente, ahora con voto voluntario. Después de la última elección presidencial y ante la fuerte abstención de los electores, volvieron a surgir los sesudos análisis políticos pidiendo cambiar nuevamente la norma para regresar al voto obligatorio.

Pero las cosas no son tan simples en el plano humano y no funcionan al ritmo voluntarista de los políticos que intentan manipular la expresión de la ciudadanía para hacerlos participar cuando sea más conveniente para ellos. Los últimos acontecimientos debieran indicarle al mundo político, la verdadera causa de la apatía que explican la ausencia de una gran parte de la población en las votaciones, con cada defraudación que se comete. Encabezado por el propio Ministro de Hacienda, Sr. Alberto Arenas y algunos miembros del Senado, con firmantes de la propia coalición de gobierno de la Nueva Mayoría, acordaron junto a opositores de la extrema derecha, el consenso para “perfeccionar” el proyecto de reforma tributaria, según una pauta aprobada a puertas cerradas en la casa del señor J. Andrés Fontaine, economista, ex ministro de Economía de Piñera, y Consejero de Libertad y Desarrollo.

Luego de los hechos previamente descritos, tenemos el justo derecho a preguntarnos, ¿Para qué votar, si mi voto vale callampa? Todos recordamos los extensos y documentados discursos de los líderes de la Concertación, para decir, que no se pudieron reformar numerosas leyes, debido a la falta de quórum suficiente que permitiera a los gobiernos de esos años tener los parlamentarios para introducir cambios importantes al binominal y a numerosas leyes heredadas de la dictadura. Incluso se llegó a instalar el eslogan, “justicia en la medida de lo posible.

En la última elección se lograron las mayorías suficientes para aprobar una gran cantidad de leyes, incluso las que requieren de un alto quórum, pero ahora se nos dice que debemos consensuar las grandes transformaciones para que perduren en el tiempo. A qué grandes transformaciones se refieren, si nadie habla del cobre, del royalty, de las aguas, de las empresas que expolian a la población con feroces tarifas en electricidad, teléfonos, AFP, etc.

Es doloroso e indignante para la gente común y corriente llegar a la triste conclusión que su valor dentro de lo que se llama democracia es igual a cero, es decir, un voto que no vale nada. Es que, señor escuche, dicen, el que decide es el Congreso, es donde está el corazón de la democracia. Disculpen Uds., pero yo siempre creí que “la democracia es el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo” y que los parlamentarios eran simples representantes del pueblo y cuando el pueblo apoyaba con su voto mayoritariamente una determinada reforma tributaria y otras, ellos tenían la obligación de honrar a ése pueblo que los eligió, respetando la palabra empeñada. No, es que no es así, así no funcionan las cosas, le dicen a la gente, Ud., no entiende lo ocurrido sobre el consenso en reforma tributaria, se trata del “perfeccionamiento de las leyes”. Un lenguaje muy conocido por todos y aplicado por la derecha en Chile por décadas para “pasar piola” los beneficios económicos de las leyes exclusivamente para su sector.

La chilenización del cobre fue aprobada por todos los partidos, incluidos los de derecha, un objetivo unánimemente acordado por el congreso, sin embargo, no perduró en el tiempo y hoy el cobre esta mayoritariamente en manos de las transnacionales extranjeras con derechos y regalías nunca antes concedidas a la inversión extranjera. Incluso ayer se escuchaba al economista de derecha, Sebastián Edwards, decir que el gobierno debe vender un 30% de Codelco, no ve UD., que está bajando la ley de fino en la explotación y con eso tendrían fondos para financiar todo. Buena idea pensé, porqué no vendemos el país y nos vamos todos a veranear al Caribe. Qué extraño es todo esto, si dicen que se está poniendo tan malo el negocio del cobre, ¿porqué los privados van a comprar un mal negocio? Es que el ciclo de los commodities se está acabando, decía el economista. ¿Se está acabando el ciclo de los commodities o se está derrumbando el neo liberalismo?

La nacionalización del cobre estuvo detrás de la motivación para dar el golpe militar en Chile y existen como testimonios los documentos desclasificados por la CIA, que muestran la relación oficial que tuvo Estados Unidos con Chile durante la época previa al Golpe de Estado, en especial Henry A. Kissinger, y el gobierno de Richard Nixon, quienes incluso proveyeron de millonarias sumas en dólares a la derecha chilena para facilitar el golpe.

Es vergonzoso e indignante que un Ministro de Hacienda deba ir al domicilio particular de un representante de la extrema derecha a negociar lo que se puede o no se puede hacer. Es que como Ud., no entiende la alta política, le van a decir, se requiere de una apertura mental digna del pragmatismo de hombres como Charles Sanders, John Dewey,William James y otros, que permita entender la verdad y la bondad de los adversarios en política respecto a un pragmatismo que se basa en la utilidad, y siendo la utilidad la base de todo significado, lo que facilita la concreción de las leyes para que perduren en el tiempo, no debemos poner de rodillas al adversario cuando son minorías.

Expresiones como esas me recordaron que estos mismos adversarios y otros que son seguidores de aquellos, siendo minorías pusieron de rodillas con las armas a más de 2/3 de la población de Chile en 1973, cuyo testimonio quedó grabado con la muerte de más de 3.000 personas, lo que demuestra la falsedad de los argumentos de la derecha que pide la política de los consensos y de quienes creen que está bien negociar todo con ellos.

Estos desvalidos adversarios con lágrimas en los ojos claman al cielo porque debieran pagar parte de los US$ 8.200 millones que se recaudarían del proyecto de reforma tributaria. Buscamos y buscamos en el recuerdo, en qué momento algunos, o al menos un solo candidato al congreso hubiera manifestado en su campaña que postularía su candidatura bajo el eslogan de lograr acuerdos o consensos con la derecha, respecto a lo que pedía la población. Nadie dijo nada al respecto, por el contrario, se disputaban el lenguaje encendido y audaz para expresarse a favor de los cambios anhelado por la ciudadanía. La propia candidata Bachelet, en Marzo del 2013, en el lanzamiento de su candidatura en la Comuna el Bosque, estableció que su programa presidencial no se elaboraría «entre cuatro paredes», sino que iba a promover «el diálogo para que el programa tenga un sello ciudadano». Probablemente el consenso aprobado en la casa de J. Andrés Fontaine, fue firmado en el patio de la casa, para que no se diga que fue realizado entre cuatro paredes.

Han dicho de todo, que la reforma tributaria era mala, que se afectaba a las Pymes, a los trabajadores, emprendedores, etc. ¿De qué hablan?, jamás les ha importado la gente de trabajo que debe ocupar 3 o más horas para trasladarse de un lado a otro de la ciudad para recibir $ 350 mil pesos al mes apretujados en un bus. Jamás les han importado las pymes. No, responden en tono cortante, es que Ud., no entiende, es que ahora se va a “perfeccionar” el proyecto beneficiando a las Pymes, otorgándoles 60 días de plazo para pagar el IVA de las facturas. Todo Chile sabe que son las grandes empresas las que pagan a 60, 90 y 120 días a las Pymes, otorgándose por sí y ante sí un crédito que imponen a los pequeños y medianos empresarios proveedores, sin pagar ni un centavo de interés por ello. Si no le gusta señor, vaya a vender a otra parte, porque todos nuestros proveedores nos venden bajo esa “práctica comercial”, práctica que le permitió a Horst Paulmann, levantar el Costanera Center.

El “beneficio” de 60 días de plazo para retrasar la obligación de pagar el IVA en las Pymes, se transformará en un crédito que beneficia a las grandes empresas, porque si pagaran las facturas a 30 días, no existiría tal problema.

Subieron a 100.000 UF el tope de las ventas anuales para acogerse al beneficio, con un límite de 4.000 UF para utilidades reinvertidas. En cifras de hoy eso, el tope representa ventas anuales de $ 2.404.986.000, es decir, $ 200.415.500 mensuales, con un límite de $ 96.199.440.- que lo pueden acoger al beneficio como reinversión de utilidades. O estos tipos son muy ricos que cualquier cifra les resulta menor o el resto de los chilenos son muy pobres que cualquier monto parece enorme. Si una Pyme factura $ 200 millones mensuales, con un factor de utilidad de 25% sobre los ingresos, genera $ 50 millones mensuales de utilidad, es decir, tampoco se trata de muertos de hambres que no puedan pagar nada en impuestos.

Es que Ud. es porfiado señor, no entiende que necesitamos la inversión para el desarrollo del país. Y si eso es así, ¿porque el país debe concederles ventajas tributarias a los empresarios si quieren invertir para hacer negocios, relevándolos del pago de impuestos a la renta, cuando no ocurre lo mismo con la gente de trabajo? ¿Por qué no le rebajan del IVA, que paga la gente común y corriente, por ejemplo la inversión en un auto o de un televisor? Es que eso es muy complicado y además el empresario da trabajo, ¿entiende Ud.? le responden. ¿Y cuando Ud. compra un auto, no está dando trabajo al obrero que construyó el auto? Si pero, los autos se fabrican en el extranjero le dicen. Está bien, y que me dice entonces de toda la inversión que hacen las empresas chilenas en el extranjero, lograda con los beneficios tributarios del FUT, que tampoco se elimina, porque se rebaja solo un poco y se complejiza más el control lo que facilita la elusión futura, y eso genera acaso trabajo a los chilenos? Argumentos no faltan para justificar el origen de la desigualdad en Chile.

Lo correcto sería terminar con el Estado subsidiario a favor de las empresas y sus múltiples beneficios pagando año tras año el impuesto a la renta, y luego que ellos deciden si invierten o no las utilidades restantes. Ahora, si requieren de créditos, tienen a los bancos, son dueños de los bancos. ¿Por qué no les piden crédito a los bancos? Es que los intereses son muy altos. Bueno, y no estamos en una economía de mercado, ¿por qué tenemos que subsidiar las inversiones con fondos estatales (posponiendo el pago de los impuestos a la renta ), para que unos señores que son ricos, sigan siendo más ricos y la población que necesita los impuestos, siga siendo más pobre? Además ya capturaron los dineros de la previsión de los chilenos, que sirve para financiar a los bancos a bajo interés, los cuales prestan dinero a las grandes empresas. Argumentos nunca le faltará para honrar al capital, excepto para desvalorizar el trabajo y ahora el voto.

Espero que haya quedado meridianamente claro por qué el voto de un ciudadano chileno, vale callampa.
*Fuente: El Clarin

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