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Entrevista con Jorge Majfud

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"Una sociedad no se define como desarrollada por la riqueza
que tiene sino por la pobreza que no tiene".

IA: Sería repetido comenzar diciendo que el mundo ha
cambiado de forma drástica en los últimos años. Pero considerando estos
cambios, ¿cómo ve el devenir mundial en las próximas décadas?

JM: ¿Asumo que te refieres al aspecto económico, no?

IA: Sí.
JM: Claro. Hoy en día nadie habla de otra cosa que de
economía y de producto bruto interno. Pero voy a tu pregunta. A fines del siglo
pasado muchos pensábamos que el próximo siglo debía ser chino, ya que el
gigante estaba despertando. Lo que no habían logrado los imperios europeos en
el siglo XIX, ni Japón ni el maoísmo en el siglo XX, lo iba a lograr el
capitalismo en el siglo XXI. Es cierto que el optimismo de que "el siglo XXI va
a ser de América latina" también se había vuelto un lugar común entre aquellos
que alertábamos del engaño del exitismo neoliberal de los noventa, su cercano
fracaso y el arribo de la gran crisis del sistema de aquel momento. Publicamos
mucho sobre eso…

IA: Resultó que estaban en lo cierto.
JM: Bueno, toda predicción es en parte engañosa y en parte
verdad. No es solo que uno acierta y se equivoca cuando hace predicciones; también
la realidad se equivoca con frecuencia.

IA: Pero es claro que el mundo está cambiando de una forma
impensada.

JM: No hay duda de que China será la principal economía de
este siglo, pero el optimismo es engañoso también. Tal vez porque soy por naturaleza
contra o desconfiado, prefiero hablar de "exageraciones del momento". Que China
sea la mayor economía del mundo con una población de 1.300 millones no
significa mucho para la mayoría de su población. Significa mucho para los
miedos occidentales, para el fin de la "pax americana", que muchas veces de
"pax" ha tenido poco, muy poco o nada. Significa el probable reemplazo de una
democracia imperial, el estilo de la
Atenas de Pericles, por un imperio espartano, como lo sería
China si tuviese la hegemonía total. Yo creo que más que equilibrio estamos
enfrentando una nueva escalada de tensiones edulcoradas con palabras, como las
más recientes de Ben Bernanke en nuestra universidad, de que el desarrollo de
los emergentes es bueno para los países desarrollados y viceversa. Suena
amistoso, es verdad hasta cierto punto según los mercados, pero a la larga no
es creíble si el mundo sigue funcionando como ha funcionado en los últimos
treinta mil años. Yo no soy tan optimista. Pero sería saludable que Estados
Unidos pierda su hegemonía. Probablemente sería bueno para los norteamericanos
y para el resto del mundo también. Además, qué más quieren que el altísimo
nivel de vida que tienen aún en plena crisis.

IA: Hay otros países que van a liderar el mundo…
JM: Ojalá que ninguno. Hay demasiada fanfarria, un peligroso
triunfalismo hoy en día, ¿no?

IA:¿Qué es lo que tiene Estados Unidos para ofrecer al mundo
hoy?

JM: El aspecto que define la actual ventaja estratégica de
la cultura norteamericana es su poder de innovación. Siempre criticamos las
carencias culturales de su clase media, pero hay que reconocerles una gran
fortaleza en su cultura de innovación práctica. Desde los Franklin, los Edison,
los Wright, los Bill Gates y los Steve Jobs, pasando por el malquerido Ford,
las principales innovaciones que han dado forma a nuestro mundo posmoderno han
pasado por allí. Inglaterra, Francia y Alemania dominaron el campo de las
innovaciones en el siglo XIX, pero el siglo XX fue un siglo americano y aún hoy
sigue en vanguardia en ese aspecto, nos guste o no. China ha derramado mares de
dólares sobre sus universidades y aun se lamentan de no obtener resultados.
Pienso que los resultados llegarán, pero todavía falta mucho en comparación a
su omnipresente industria que cada día multiplica el consumo de basura barata
en el mundo.

IA: Internet fue un invento americano.
JM: Claro, es la revolución más reciente. Pero casi toda la
revolución digital, de la que se benefician hoy las economías emergentes, ha
surgido en algún garaje o en el dormitorio de un estudiante de algún campus
norteamericano. Internet, IBM, Microsoft, Yahoo, Google, Hewlett Packard,
youtube, hasta las más envenenantes invenciones que tienen enfermo de
narcivoyeurismo a medio mundo, como Facebook y Twitter pasando por proyectos
menos lucrativos pero más innovadores y democráticos como Wikipedia, etc. La
lista es más larga. ¿Nos fastidia a los de afuera o a los que estamos de paso
reconocerlo? A muchos sí, pero eso no cambia la realidad. Hoy en día, con la
inundación de capitales que el gobierno chino ha hecho en la educación no ha
habido avances. En algunos planos ha habido retrocesos. A eso súmele que China,
como Japón y gran parte de Europa, son países envejecidos o en un dramático
proceso de envejecimiento. Estados Unidos e India son hoy en día las dos
grandes potencias con reservas de juventud. Brasil estaría en un sitio
intermedio. Y la demografía es esencial en cualquier futurismo. Fue fundamental
en el boom norteamericano de mediados y fines del siglo XX y lo es en China e
India hasta ahora, sobre todo en base a la revolución digital nacida de la
cultura americana y en parte europea, que ha puesto una importante cuota de
poder en manos de cada individuo en el rincón más remoto del planeta. China
será la mayor potencia en términos globales solo gracias a ese "despertar
virtual" de las masas.

IA: ¿Es el caso de Brasil?
JM: Si. Pero su economía todavía es muy pequeña en
comparación a China y ni que hablar de Estados Unidos. Por otro lado, su
educación, en pleno boom económico, ha decaído en términos relativos. Ya no me
refiero a la innovación, sino a la educación tradicional. Imagino que eso
tendrá a cambiar, pero por el momento es lo que hay. Muy poco, aunque todo el
mundo repite lo contrario. Tal vez con los nuevos petrodólares haya más
inversiones para la educación.

IA: ¿Pero es mejor el mundo de hoy?
JM: El Brasil de hoy es mejor porque ha sacado a millones de
personas de la pobreza. Lo mismo India. Pero por otro lado estamos pagando el
precio de la americanización de culturas no americanas. Hoy hasta los peces
hablan de PIBs y todo el éxito gira en torno a esa simplificación de la
existencia humana.

IA: ¿Podemos decir que el BRIC es el nuevo bloque
desarrollado del mundo?

JM: Solo mientras sirva como propaganda y no surjan los
inevitables conflictos de intereses. Además, una sociedad no se define como
desarrollada por la riqueza que tiene sino por la pobreza que no tiene. Y en
esto los BRICs tienen un camino de varias décadas por delante. La teoria de
Deng Xiaoping (la trickle-down theory), base del milagro económico de China en
los últimos treinta años, no se diferencia mucho de la de Ronald Reagan y
Margaret Thatcher: los pobres se benefician cuando la riqueza desborda hacia
los de abajo. Tiene razón Eduardo Galeano cuando dice que China hoy es la
combinación de lo peor del comunismo y los peor del capitalismo. Luego debemos
analizar más en profundidad qué entendemos por desarrollo. Dentro del marco
actual, en el mejor de los casos desarrollo significa "sociedad de consumo y
bienestar". Desde un punto de vista más amplio, desarrollo para mí significa el
avance de las libertades humanas, lo que, en el fondo, como lo entendía un
marxista indio, Manabendra Roy, creo que en 1959, "freedom is real only as
individual freedom", es decir, al fin de cuentas la libertad es pura
abstracción si no se traduce en libertad individual. Si el individuo no es
libre cualquier otra libertad, por ejemplo la libertad de los pueblos, es una
abstracción. Y una libertad que no sea concreta es como un perfume sin olor.
Pero como toda libertad está siempre condicionada por factores externos e
internos al individuo, sólo podemos aspirar a la mayor expansión de una
"libertad relativa". Relativa al medio, relativa a otro individuo, relativa a otra
sociedad. Y esta libertad es el resultado de factores materiales, psicológicos
y espirituales. Hoy en día no se habla de otra cosa que de la libertad
material, en el mejor de los casos, ya que no es algo menor. En la mayoría de
los casos es simplemente un desborde de testosterona, es decir, la libertad de
vencer, de emerger, de sumergir, de sentirme superior al resto que deseo se
hunda en términos relativos para satisfacer mi ego. Obviamente eso no es
libertad ni para el vencedor. Eso es una perfecta prisión, una ilusión de
nuestros tiempos, como la ilusión de estar comunicados por Facebook o alguna
otra droga cultural que nos arrastra a la deshumanización en nombre de la
libertad o la liberación.

IA: ¿Qué será de Europa y Estados Unidos cuando China domine
la economía mundial en pocos años?

JM: Por muchas décadas Estados Unidos seguirá siendo una de
las mayores potencias mundiales y por mucho más una de las naciones más
desarrolladas en términos económicos. Estratégicamente veo una alianza de
Estados Unidos con Europa, dos aéreas geográficas y culturales que todavía se
ven como rivales, sobre todo por la puja del euro con el dólar. Pero Europa y
Estados unidos comparten algunos valores que se evidenciarán en el sentimiento
de su población a medida que China comience a surgir más como una amenaza que
como una oportunidad de negocios. Ya dijimos que todavía falta una crisis
china, pero de cualquier forma se convertirá en uno de los mayores jugadores en
el tablero internacional. Eso nadie ni nada lo va a evitar. Así que, por lo
menos, yo veo un progresivo acercamiento entre Estados Unidos y Europa, sobre
todo con Inglaterra. A nivel puramente estratégico, las alianzas serán entre el
bloque anglosajón, incluyendo Canadá y Australia, con Japón e India. Pero, claro,
siempre hay que tener en cuenta que cada vez que el mundo llega a un conceso
sobre el futuro de algo, un día el presente se encarga de mostrar lo contrario.
No hay sorpresas en la historia pero el futro está lleno de imprevistos. Y los
imprevistos sobre todo son importantes porque son imprevistos.

-El autor es escritor
Mexico, DF.
I. A: ismaelalonso65@gmail.com

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