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Galeano sobre Garzón: ¿Hasta cuándo la justicia seguirá siendo injusta?

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Galeano sobre Garzón: ¿Hasta cuándo la justicia seguirá siendo injusta?
Por: Melibea

A primera hora de la mañana, y una vez leídas las portadas de los periódicos nacionales donde tan abundoso sigue siendo el material informativo relativo a los ladrones de fondos públicos, es sumamente reconfortante leer un texto como el que sigue, firmado por el escritor Eduardo Galeano en la sección de portada Pirulo de Tapa -habitualmente sin firma pero siempre con mucha substancia- del diario argentino Página/12. Se refiere Galeano al juez Baltasar Garzón, a quien la justicia española dará asiento en el banquillo de los acusados por pretender hacer en nuestro país lo que le valió hace años en Argentina y Chile un gran reconocimiento y prestigio: perturbar la paz de los ladrones de la memoria colectiva. Que el juez llegue al banquillo cuando más apesta la corrupción de la trama Gürtel, en la que fue primer instructor, hace de esa página de la actualidad española marcada por el nombre de Garzón un doble y esperpéntico sarcasmo. Dice Galeano:

"El juez Baltasar Garzón se sienta ahora en el banquillo de los acusados. El ha amenazado la impunidad de los ladrones de los fondos públicos y ha perturbado la paz de los ladrones de la memoria colectiva. El Tribunal Supremo, cumbre del sistema judicial español, no disimula su decisión de condenarlo. De los quince miembros de este tribunal, diez han llegado a sus cargos jurando fidelidad al Generalísimo Franco. Y no lo olvidan, para que no se diga que ellos niegan el derecho de recordar. ¿Hasta cuándo la Justicia seguirá persiguiendo a los justos? ¿Hasta cuándo la Justicia seguirá siendo injusta? Héctor Tizón, que mucho sabe de historia y de Justicia, suele advertir que la Justicia condenó a Sócrates y a Jesús, que fueron los dos hombres más justos de toda la historia de la humanidad".
Viernes 9 de abril de 2010

* Fuente: Diario del Aire


Reino de España: el linchamiento del juez Garzón

Por: Pablo Torres
 
Asistimos paralizados al linchamiento que se hace desde el Tribunal Supremo contra el juez Garzón, por el tremendo delito de investigar los crímenes del franquismo (la otra causa también había sido antes desestimada). El director del linchamiento es el juez Varela, perteneciente a la asociación Jueces para la Democracia… (¿A qué esperan para expulsar a ese infiltrado?). Para linchar a Garzón utilizan las "contundentes pruebas" de un seudosindicato de extrema derecha, ¿Manos Sucias?, y de Falange Española y de las JONS, partido político muy conocido por sus actividades democráticas durante el franquismo más criminal (Ver fosas comunes repartidas por todo el territorio español, a partir de 1939). La Fiscalía está en contra de los procesamientos. Las no "pruebas" dan risa.

Al linchamiento ahora se ha sumado el Consejo General del Poder Judicial. Ya sabemos que Margarita Robles, amiga del juez Varela, también quiere acabar con Garzón, antes incluso de estar formalmente sentado en el banquillo (la realidad es que el Tribunal Supremo ya le ha condenado). La manifiesta enemistad de Margarita Robles hacia Garzón es antigua. El juez Varela y Margarita Robles están dando auténticas lecciones de franquismo: justicia al revés, o no justicia. Y de paso, el juez Varela, de Jueces para la Democracia, impide investigar los crímenes del franquismo.

Para ver una actuación judicial tan calamitosa, parcial, malintencionada y soez, hay que retrotraernos al franquismo, con Franco. Las causas que de forma inquisitorial se siguen contra Garzón no tienen el menor sentido, salvo escarmentarle y dar un serio aviso a los demócratas: aquí todo sigue atado y bien atado, como dijo Franco. Ya se hizo una ley de punto final. El franquismo y sus crímenes fueron amnistiados. Los criminales pueden moverse libremente por donde quieran. Y el que no lo acepte… procesado. Como en los mejores tiempos de los Tribunales de Orden Público, de la dictadura.

Recurro a mi libertad de expresión, sin saber si acabaré procesado por este escrito, ante la falta de intelectuales de verdad que, al modo de Zola, denuncien las aberraciones jurídicas que se siguen contra Garzón. Aquí no hay intelectuales: aquí sólo hay garbanceros al servicio de los que mejor paguen.

No tienen pruebas contra Garzón: investigar el franquismo es una necesidad democrática, para reparar de una vez a las víctimas del franquismo. Procesar a Garzón es procesar a los demócratas, es procesar a la democracia.

El espectáculo que nos ofrece el juez Varela, con la complicidad del juez Prego y todos esos jueces franquistas que han colonizado el Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial, es bochornoso. España vuelve a ser una vergüenza en el extranjero, porque sus jueces parecen más atentos a perpetrar venganzas personales que a cumplir con las leyes democráticas (ni siquiera se puede entrar en el tema de las sentencias: sería mucho peor).

Espantado, asustado, me manifiesto, por tanto, contra el linchamiento del juez Garzón. Me manifiesto contra esos jueces presuntamente democráticos que, con métodos franquistas, quieren acabar con la investigación de los crímenes de la dictadura. Me manifiesto para pedir la investigación de los crímenes del franquismo. Me manifiesto contra las leyes de punto y final que amnistían a criminales de guerra. Me manifiesto por la libertad y la democracia.
21/03/10

– Ela utor, Pablo Torres, fue Premio Ortega y Gasset de Periodismo Gráfico en 2005.

* Fuente: Sin Permiso


Garzón, Prego y El Valle de los Caídos

Por: Félix Población

Ahora que ante la perplejidad y reprobación de los más cualificados medios de información internacionales tenemos al juez Baltasar Garzón camino del banquillo por haber intentado investigar los crímenes del franquismo, a requerimiento de los familiares de las víctimas enterradas sin sepultura en las fosas comunes y cunetas de España, es momento de recordar al magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego Olvier, ponente del auto que admitió a trámite la querella de Falange Española contra el juez.

Sabemos, porque se publicó en su día, que Prego fue patrono de honor de la fundación ultraderechista Defensa de la Nación Española, que puso a caldo el Estatut de Cataluña y la política antiterrorista de Zapatero durante la primera legislatura. Que Prego firmó asimismo un manifiesto en contra de la Ley de Memoria Histórica, en consonancia con su criterio de que la Guerra Civil no la motivó la sublevación franquista sino la llamada Revolución de Octubre de 1934, por lo que el golpe franquista fue una contrarrevolución.

Pero lo que más nos debe llamar la atención, ahora que una inhabilitación de hasta veinte años puede pesar sobre Baltasar Garzón, son los artículos suscritos por don Adolfo en la revista Altar Mayor de la Hermandad del Valle de los Caídos, en cuyo faraónico escenario, construido por presidarios republicanos en durísimas jornadas de trabajo, están enterrados el general dictador y el máximo dirigente de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.

La Oficina para las Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura cifra en 33.847 los restos documentados de víctimas del conflicto, todos pertenecientes al bando sublevado. Junto a ellos pueden hallarse entre 15.000 y 40.000 víctimas republicanas sin identificar, cuyos huesos fueron trasladados en los años sesenta a Cuelgamuros, sin permiso de sus familiares, después de haber sido desenterrados de las fosas comunes en que se encontraban.

Lo que el juez Baltasar Garzón ha pretendido, y por lo que se le va a sentar en el banquillo, es reparar la dignidad y la memoria de tantos muertos sin nombre, muchos de ellos víctimas de la vesania falangista, a quienes los vencedores propinaron como última y más grave ofensa la de ser enterrados junto a los máximos cabecillas de sus verdugos.

Sobre esa oscura memoria, insólita en el mundo, ¿cómo se puede pregonar, según reza el artículo primero de la Hermandad del Valle de los Caídos, que su fundación obedece al propósito de mantener vivo el mensaje de paz y reconciliación que pregona el grandioso símbolo cristiano erigido en Cuelgamuros? ¿Será porque visitó la basílica el cardenal Joseph Ratzinger en 1989? el 8.4.10  

* Fuente: Diario del Aire

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