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Negación y «memoricidio» de la limpieza étnica de Palestina

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«No hay mayor dolor en el mundo que el de perder la tierra natal»
(Eurípides).

Forzar a las personas al exilio constituye una acción terrorista que viola la dignidad humana.

Durante la Segunda Guerra Mundial, una ciudadana alemana adolescente, de religión judía, escribió un diario sobre el sufrimiento de su comunidad religiosa. Esto dio como resultado un libro que habitualmente forma parte de las lecturas obligatorias en muchos colegios de nuestro país.

Referirse al actual holocausto palestino que se lleva a cabo desde hace más de 61 años, así como a sus consecuencias en la salud mental, no solamente se censura, sino que de antemano se descarta. En las escasas ocasiones en que se ha propuesto y/o logrado exponer el tema en algún congreso de salud mental en nuestro país sobre el sufrimiento y la salud mental de los niños palestinos, así como de la población civil palestina expuesta a la violencia y al terrorismo de la ocupación de los europeos-sionistas, los ponentes (siendo semitas) hemos sido discriminados como «provocadores» y «antisemitas», negando, de esta forma, el holocausto palestino que transcurre, lento y silencioso, delante de nuestras propias narices, debido a la buena posición que habitualmente disfrutan determinados personajes pertenecientes a la ideología sionista en diversas organizaciones, los cuales, paradójicamente, suelen presentarse como defensores de los derechos humanos violados en diversas épocas y lugares. Pero permanece su talón de Aquiles en el holocausto palestino.

¿Acaso el Diario de la adolescente alemana judía Ana Frank, merece también estos calificativos? ¿O también la incesante conmemoración del holocausto de la Segunda Guerra Mundial?

El Programa de Salud Mental de Gaza, con la Organización Mundial de la Salud, organizó el 27 y 28 de Octubre de 2008 una conferencia internacional en el gueto de Gaza, titulada «Siege and Mental Health… Walls vs. Bridges», sobre el impacto del bloqueo sionista-israelí en la salud mental del pueblo palestino que sobrevive en la zona de Gaza ocupada. Las autoridades militares de la ocupación extranjera, sionista-israelí prohibieron la entrada al territorio palestino  a psicólogos y psiquiatras, especialistas en esta materia procedentes de diferentes partes del mundo, para debatir el tema y participar en dicho evento académico internacional.

Los trastornos psicológicos derivados de esa ocupación militar extranjera están ampliamente documentados en base a los diversos estudios científicos y empíricos desarrollados por diferentes autores e instituciones, de acuerdo con los auténticos acontecimientos históricos que ocurren en los Territorios Ocupados, en el gueto de Gaza y en Cisjordania, resumidos en este estudio de análisis de información secundaria (1).

Los muros, vallas y guetos y el formateo del sistema cognitivo cerebral implantados por el sionismo, han ido más allá, alcanzando todos los confines del mundo. Así, en los meses de abril y mayo de 2008, llegaron a Chile 117 refugiados palestinos pertenecientes a 29 familias, originarios de las ciudades palestinas de Haifa, Jaffa, Deir Yassin y Nablús, cuyos habitantes huyeron luego de la invasión europea-sionista y las masacres perpetradas en esas ciudades palestinas arrasadas por las bandas terroristas sionistas Irgún, Haganna y Stern en el año 1948. Los supervivientes nativos fueron expulsados de dichas ciudades ancestrales palestinas y huyeron del horror y el terrorismo de los europeos-sionistas hacia países árabes, Europa y América.

Posteriormente, los que se instalaron en Iraq tras el denigrante y maquiavélico atentado de las torres gemelas, que dio la luz verde requerida e incontestable para la acentuación descarada de la intervención estadounidense en dicho país y en Palestina, con el objetivo histórico habitual (desde Oriente Medio a América Latina) de instaurar gobiernos afines a los requerimientos de dominio y control de EEUU. En este caso, en Iraq, el gobierno títere es de corte fanático chií, en el que se tortura y asesina a iraquíes y palestinos suníes y los derechos civiles de las mujeres han sufrido un severo deterioro y retroceso, debido a esa intervención estadounidense aliada con la dictadura implantada por el mal denominado «gobierno iraquí».

Los supervivientes palestinos pudieron trasladarse a nuestro país gracias a un innegable gesto humanitario del gobierno chileno. Pero, por supuesto, provocado y orquestado por la obstinada ocupación, desde hace más de 61 años, de un ente de procedencia étnica kázara-europea que además realizó otro acto de usurpación al denominar con el nombre semita-hebreo de «Israel» al actual ente sionista-israelí que transforma, desvía y manipula a los adherentes de la religión judía, con el propósito de convertirlo en una nación, negándole de esta forma su verdadero carácter. Destruyendo la universalidad de la religión y particularizándola en forma racista, concordando con la idea del nazi alemán Adolfo Hitler. Y negándose tozudamente, una y otra vez, a acatar las varias resoluciones de la ONU incumplidas.

¿Por qué razón la ONU no presionó a EEUU con el término de la intervención militar en Iraq para que no se produjeran más masacres y refugiados? ¿No sería esto más lógico y saludable que solicitar, una vez realizado este daño, «acogida» en otros países que nada tienen que ver con tan nefasta ocupación, así como con su respectiva cosecha económica? (2).

¿Por qué no pide al Estado europeo-sionista de «Israel» que cumpla con las resoluciones de las Naciones Unidas? ¿O por qué inaudita razón no se exige a «Israel» que permita el regreso de los palestinos, sus hijos y sus nietos, que fueron expulsados el año 1948, a las propiedades y ciudades palestinas que les pertenecen y de cuyos arrasamientos sobrevivieron, como ellos mismos han solicitado desde el inicio de su exilio? (3).

Tratar la salud mental de la población civil de Gaza, sin duda, nos lleva a referirnos al tema tan temido por el sionismo: «los refugiados palestinos», ya que el objetivo de esa ideología fascista y racista, gemela del nazismo, es precisamente empujar, «transferir» a través de estas condiciones infrahumanas al restante pueblo palestino que sobrevive en Palestina y en las fronteras de los países árabes hacia el exilio perpetuo, echarlos al mar. Tal y como literalmente ya es un hecho consumado.

¿Cuál es el objetivo final de distanciarlos aún más de su tierra ancestral? ¿Y continuar permitiendo a «Israel» que gracias a la usurpación de Palestina, desde el año 1948, y que hasta el día de hoy, el pueblo palestino continúe sufriendo masacre tras masacre? (4).

¿Es posible, que la vida de un kázaro-europeo perseguido durante el holocausto de la Segunda Guerra Mundial se perciba como superior a la de un semita-palestino perseguido durante el actual holocausto, producto de la ocupación militar extranjera europea-sionista?

Debido a lo anterior, lamentablemente, se ha vivido también una negación universal del holocausto palestino, una fractura de la memoria, del expolio y posterior exilio de un pueblo entero, por diferentes oleadas y a diferentes puntos del planeta, incluso en nuestro país, consistente en:

– Visión errada y peyorativa hacia los refugiados palestinos.

– Distorsionada postura de «asistencia» al deber de instaurar actitudes y conductas humanitarias de alimento, cuidado de la salud y abrigo.

– Falta de asistencia psicológica al colectivo reasentado en general, en el que clínicamente se observan depresión, ansiedad y síndrome postraumático.

– Carencia de apoyo psicológico a casos concretos de personas que padecen enfermedades crónicas.

Cabe mencionar que cualquier intervención terapéutica se produciría dentro de un contexto de impunidad, debido a la perpetuación de la ocupación de Palestina y al consecuente exilio. Impunidad que proseguirá hasta que el ente europeo primogénito de EEUU se digne acatar las resoluciones de las Naciones Unidas. Lo cual, indudablemente no se conseguirá sin el perceptivo boicot, sanciones correspondientes y supresión de relaciones diplomáticas y comerciales con esa entidad artificial y religiosa creada a costa del genocidio, expulsión y limpieza étnica del pueblo palestino; la condena y estigmatización de la resistencia palestina a la ocupación europea-israelí, calificándola de «terrorista», así como el nulo respeto hacia un gobierno legítimamente elegido por el pueblo palestino, o mejor dicho «el castigo por el voto democrático» (5), han conducido a inmovilizar la solidaridad con la resistencia, y por eso el holocausto palestino se perpetúa desde hace más de 61 años.

Debido a lo expuesto y a lo que resumidamente se continuará describiendo, acorde a vivencias directas, es que siempre se ha considerado de vital importancia la formación de equipos afines para este tipo de trabajo. Con una salud mental compatible con este quehacer, con el fin de que los objetivos estén insertos en los intereses emocionales, económicos y vitales de los propios refugiados, para una reparación por lo menos parcial, debido a que se mantienen las causas reales y circunstancias que originan y mantienen los trastornos psicológicos. Es por esto que un equipo de trabajo para estos efectos debe ser «apto», lo que obviamente implica participar en la búsqueda de la verdad de la historia y de allí, fiel a esta verdad, la justicia. Similar a los equipos «Prais» de nuestro país (Programas de atención y reparación en salud y derechos humanos), dirigido a chilenos retornados, o Exil-Bélgica (creado inicialmente en Bruselas por el psiquiatra y exiliado político chileno Jorge Barudy, apoyado por el Fondo Voluntario de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura), que actualmente mantiene sedes en otros países y brinda una atención médico-psico-social a víctimas de violaciones de derechos humanos procedentes de las dictaduras militares en Latinoamérica.

En el caso de nuestro país, y es digno de destacarse, si bien se ha implementado un subsidio habitacional para los refugiados palestinos en igualdad de condiciones con cualquier ciudadano chileno, que puede optar a éste manteniendo ciertos requisitos, existe carencia de una institución con un programa con características predeterminadas, dotada de un equipo multidisciplinario, para la atención de refugiados políticos extranjeros en nuestro país.

Considero necesario crearlo antes de continuar recibiéndolos, ya que éste es el factor que se constituye en uno de los elementos centrales para el logro del proceso de integración social de un refugiado: esto es, el reconocimiento de su biografía basado en la verdad histórica, como mantenimiento de un discurso y denominador común, desinteresado y libre por parte de todos los actores y sectores que intervienen en este proceso de integración psicosocial.

Para ayudar a los refugiados es imprescindible respetar profundamente a las personas a quienes se quiere ayudar. Sería ridículo que los equipos a cargo de la reparación de los refugiados de la comunidad religiosa judía durante la segunda guerra mundial hubiesen sido nazis alemanes. O más recientemente, sin ir más lejos, si en nuestro país, Chile, hubiesen estado a cargo de la reinserción de los retornados chilenos, y/o de los torturados, personas afines a una postura de negación de que en Chile hubo una dictadura militar.

Dar testimonio de esto también es una labor de cualquier equipo de reparación «integral». Mantener un vínculo terapéutico comprometido implica una actitud éticamente no neutral (6). El vínculo terapéutico comprometido refleja la manera de enfrentar la tarea terapéutica en medio de la represión política, el holocausto palestino y la negación del mismo implementadas por el sionismo a nivel mundial. Vale decir: no contribuir a negarlo, o lo que equivale a lo mismo: el silenciamiento de la verdad histórica.

Así, es inadmisible lo siguiente, observado y vivido de forma directa en nuestro país:

– Presencia de determinado personal abiertamente ligado al sionismo y, paradójicamente, integrantes de organismos vinculados a la ONU, tales como ACNUR, y a la Institución a la que hasta la actualidad se ha derivado como un «Programa de Refugio», la Vicaría Pastoral Social. Esas personas, aparentemente amparadas y avaladas por sentirse, y de hecho ubicarse, en supuestos lugares de «poder», se permitieron el lujo de soltar expresiones arrogantes, ignorantes y/o malintencionadas como las siguientes:

a) «Ahora el pueblo palestino quiere trasladar su problema a la Comunidad Internacional».

b) «El proyecto de reasentamiento palestino en Brasil se ha visto en dificultades debido a la agresividad de los refugiados palestinos».

¿Que pasaría si estas frases se hubieran expresado hacia la comunidad religiosa judía cuando huía del holocausto? Parece que precisamente las personas encargadas de generar una matriz de opinión positiva, buscan lo opuesto al olvidar que:

– El refugiado palestino es una víctima de la violencia de la ocupación israelí. La mayoría son mujeres y niños necesitados de acogida y solidaridad. Además he observado, curiosamente, lo opuesto, que dada la dependencia que tienen estas personas de las Naciones Unidas, que intentan una equívoca reparación de la injusticia y el pecado original cometido en la partición de la Palestina histórica en 1948 cediendo al chantaje de EEUU y el gobierno de Truman y su injerencia de la época, asumen una especia de resignación e incapacidad para defender sus derechos vulnerados y la legítima reclamación del derecho de retorno a sus ciudades usurpadas.

– La integración del refugiado palestino en la sociedad es una riqueza para el país, ya que contribuye con su trabajo y su cultura al desarrollo del mismo. Ésta ha sido la experiencia real en los países de acogida desde la expulsión del pueblo palestino en 1948 por la creación del ente sionista de «Israel», donde los palestinos en el exilio se han destacado por su esfuerzo y estudios.

Además de constituir penosas e inconsecuentes palabras para funcionarios que trabajan en organismos de índole «humanitaria», donde parece ser que el olvido opera de manera óptima y funcional a sus propios intereses, es decir, a los intereses de quien es capaz de permitirse emitir tales aberraciones, estas aseveraciones frente a una concurrencia nueva y ajena al tema palestino, en Chile, inevitablemente pretendían instaurar prejuicios raciales y conllevan una carencia de elementos imprescindibles para ayudar a la elaboración de un duelo (7) en este ámbito, ya que lo anterior produce:

a) manipulación y tergiversación perversa de los hechos,

b) ocultamiento de la verdad,

c) amedrentamiento permanente,

d) falta de identificación y sanción a los responsables,

e) aislamiento y rechazo social

f) Falta de credibilidad por parte del entorno.

La ignorancia general sobre el tema, debido a la falta de conocimiento de la realidad, de que se trata de una ocupación militar extranjera implantada y afín a los intereses económicos del Imperio, añadiendo que ocurre geográficamente muy distante de nuestro país, más la propaganda sionista que conduce a la desinformación, tenemos esto:

«Despalestinización» y minimización del despojo y expulsión del pueblo palestino de su tierra ancestral. Es inaceptable la vivencia de ciertas directrices, tales como:

Observamos reticencia y obstaculización por parte de la inicial «Coordinación del Programa de Reasentamiento palestino de la Vicaría» para la participación por parte de los refugiados palestinos en los actos de conmemoración de la Naqba y de solidaridad con el pueblo palestino.

Paralelamente, en cuanto a los temas de «inteligencia y seguridad nacional», los coordinadores de este programa de acogida manifestaban sentimientos y conductas de aprensión y temor de la opinión de la comunidad «israelí» en Chile. Contribuyendo de esta forma a la generación y mantenimiento de actitudes y conductas de equidistancia entre víctima y victimario.

Obstaculización a los refugiados palestinos de reivindicar sus derechos nacionales por parte de la coordinación (intentando de manera fallida) mantenerlos aislados del resto de la comunidad palestina (sin la ayuda de la cual la situación, en general, de los refugiados palestinos sería todavía peor, ya que dicha comunidad palestina en Chile es la que se ha encargado de proporcionar empleos y de las campañas de ayudas para alimentación, vestido, etcétera).

Control inicial de tipo monotemático y obsesivo, intentando anular la presencia significativa de miembros de la diáspora palestina, llegando en un determinado caso particular, incluso hasta el montaje, la amenaza y la persecución política.

Para los palestinos de la diáspora, el reencuentro con nuestros hermanos refugiados ha consistido, como vivencia, por un lado en una «re-victimización», ya que se repite impunemente un nuevo exilio frente a una comunidad previamente exiliada. Por otro lado, en la retención mental de una especie de porción de tierra palestina en cada país de acogida, debido a una nueva experimentación de nuestras tradiciones y continuidad históricas. El reencuentro con nuestros posibles pares de una infancia, en la pérdida del aprendizaje del idioma, todo esto, perdido en la emigración forzosa o el exilio, debido al desmembramiento de la sociedad palestina y la ruptura familiar, como consecuencia del exilio palestino perpetuo, a causa de la ocupación militar europea-sionista.

Pero lo francamente asombroso e inconcebible consistió en que frente a la natural reacción de emoción de miembros de la diáspora palestina al ver en el aeropuerto a nuestros hermanos palestinos recién llegados, muy semejante a la emoción que se siente al ver películas del sufrimiento de los europeos pertenecientes a la comunidad judía durante la II Guerra Mundial, lejos de compadecerse, en este caso con el sufrimiento del pueblo palestino, se observaron y presenciaron en determinado personal a cargo, actitudes y conductas de incredulidad, indolencia e ironía. El corolario y mensaje, implícito y explícito, es: «El pueblo palestino no tiene derecho a ser víctima».

El mayor logro del sionismo es la implantación de una memoria colectiva hegemónica construida sobre el despojo, olvido y negación del pueblo palestino. Este factor, además de los propios intereses económicos de cada cual, es el que mantiene las conductas de pasividad mundial frente al holocausto palestino.

Ya que «la memoria colectiva no sólo es una conquista, sino un instrumento y un objetivo del poder. Apoderarse de la memoria y el olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, grupos e individuos dominantes de las sociedades históricas» (8).

El constante argumento y «censura en la cuestión palestina» (9) emitido como otra «directriz» al interior del organismo ejecutor y dirigido de manera universal de que «los refugiados palestinos no deben ser utilizados políticamente». Es decir, la paradójica despolitización de un problema de índole político-nacional, con escasa o nula cobertura de los medios de información habituales acerca de los auténticos motivos de la llegada de los refugiados palestinos a diversos países, del no retorno a la patria natal de sus antepasados y la perpetuación de la ocupación sionista-israelí, mediante los llamados del sionismo internacional a emigrar y poblar Palestina, con derechos a trabajo y vivienda, por inmigrantes extranjeros de origen europeo y latinoamericano.

No hemos oído discursos sobre lo lamentable de este actual y presente holocausto palestino que transcurre silenciosa y solapadamente, pero todos los años oímos lamentaciones por el holocausto ocurrido a los europeos durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que es peor, el holocausto palestino es avalado y reforzado por determinadas instituciones de nuestro país, Chile, por ejemplo cuando recientemente se recibió a la «Orquesta Filarmónica de Israel», dando un mensaje de total «normalidad» (Rebelión), a pesar de que dicha orquesta representa a un Estado violador de todos y cada uno de los derechos humanos y de las resoluciones de la ONU.

Mientras que desde hace 61 años perdura una ocupación militar extranjera cruenta y sanguinaria que diariamente despoja de los derechos mas elementales al pueblo palestino, una orquesta que representa al Estado ocupante, además interpreta «Gracias a la Vida», de Violeta del Carmen Parra Sandoval, cantante, poetisa, compositora, pintora y artista. Representante del folklore chileno y de la canción protesta y militante del Partido Comunista de Chile.

«…Cuando miro el fruto del cerebro humano,…»

(Gracias a la Vida, de Violeta Parra)

Cinco hermanas palestinas de 4 a 17 años muertas en el bombardeo israelí de una mezquita del campo de refugiados de Yabalia, yacen en la morgue de un hospital. 29-12-08

«La capacidad de aprendizaje, del ser humano es abismal»

Estas variables conducen a la negación sistemática, ya que precisamente estos refugiados palestinos lo son por razones de tipo político. ¿O cómo se llama la destrucción de un país llamado Palestina y la construcción artificial, sobre sus cimientos, de un ente europeo llamado «Israel» como gendarme del imperialismo de turno en la zona de Oriente Medio?

No deseamos que nos traten de manera especial, pero sí que se reconozcan nuestros derechos, los que han recibido ninguna consideración desde hace más de 61 años.

Las huellas de las torturas y nuestro pasado no se pueden borrar, pero sí debemos trabajar para que en el presente y en el futuro se restituyan nuestros derechos territoriales y nacionales. Y de esta forma poder paliar, tardía y parcialmente, las consecuencias psicológicas del pueblo palestino superviviente en los guetos de la Palestina ocupada y en la diáspora.

Los efectos psicológicos de la Naqba, o limpieza étnica palestina, que de acuerdo con Ilan Pappé, se ha implementado un «sistema cognitivo, que permite que el mundo olvide y niegue el crimen sionista, que lo excluya de la calificación de crimen contra la humanidad que tipifican los tratados internacionales». El sionismo, con la llamada «Independencia de Israel, que representa el comienzo de la limpieza étnica del pueblo palestino», ha perpetrado un doble crimen, 1) el holocausto del pueblo palestino, y 2) el «memoricidio» de dicho holocausto.

Nunca he logrado entender de qué y cómo se «independizaron» los sionistas-israelíes, ya que para hablar de independencia nuestro país debería haber sido ocupado previamente por algún yugo extranjero. El hecho histórico es que Palestina fue ocupada por piratas ingleses y europeos-sionistas que toda la vida han constituido una «sociedad fraterna».

El «memoricidio» de la Naqba, como lo ha definido muy bien Ilan Pappé, se ha llevado a cabo gracias, a «la desposesión y destrucción de las ciudades palestinas, junto con los olivares milenarios, borrando cualquier vestigio», cualquier antigua huella palestina. Es decir, los sionistas, han convertido el vergel que fue Palestina en un desierto. En esta misión colaboran los arqueólogos sionistas, (En History Channel se despliega una verborrea acerca de «naranjas», ciudades «israelitas» de tiempos bíblicos) para hacer creíble el mito tan difundido, y al mismo tiempo tan degradante, de que Palestina estaba «vacía» y era «un erial». «Así, el sionismo desea suplantar cualquier historia palestina que contradiga su invención y niegue la tragedia de la Naqba, de la limpieza étnica de Palestina». Por ejemplo, los sionistas israelíes inventaron «The Forest of Birya, construido sobre los cimientos de por lo menos seis ciudades palestinas arrasadas: Dishon, Alma, Qaddita, Amqa, Ayn al-Zaytun y Byriyya».

Otro ejemplo de invento sionista israelí: «The Ramat Menashe Park, un parque construido sobre las ruinas de las ciudades y villas palestinas de Lajjun, Mansi, Kafrayin, Butaymat, Hubeyza, Daliyat al-Rawha, Sabbarin, Burayka, Sindiyana y Umm al Zinat». Y así, la lista sería interminable, ya que todo el ente sionista se erige de esta forma sobre las ruinas de las ciudades y pueblos palestinos arrasados y sobre la propia ruina y holocausto del pueblo palestino. De esta forma, «la negación de la Naqba y de los refugiados palestinos han sido excluidas constantemente de los llamados procesos de paz» (10).

Tan excluidos como lo fue el historiador Ilan Pappé, de padres alemanes, de religión judía, no sionista y nacido en la ciudad palestina de Haifa. Su delito: revelar los hechos históricos sobre la Naqba y la limpieza étnica de Palestina.

Está claro, y no debe sorprendernos, que el precedente que plantean, y han dejado para la historia, los casos de Palestina e Iraq, no sólo es lamentable, sino también sumamente peligroso, ya que al convertirse (debido a que otros usurpen sus derechos) «en pobres o débiles, no tendrán derecho a nada».

Finalmente, ¿donde ha quedado la misión de salvaguarda de los derechos de los más necesitados y la «justicia» de la doctrina social que pregona la Iglesia Católica? La existencia de determinados organismos que, en la práctica y parcialmente, sólo contribuyen a paliar los «efectos de los abusos de quienes detentan el poder», en el fondo lo que hacen, al recoger únicamente las consecuencias de esos abusos y declarar pasivamente que «ésa es su única función», es contribuir a la producción y mantenimiento en el tiempo de dichos abusos. Los organismos que se autoproclaman «defensores de los derechos humanos» deberían estar al servicio de la prevención de los «abusos de poder» de EEUU y el ente sionista. Ejerciendo mecanismos de sanción social, boicot y corte de relaciones de toda índole, de manera desinteresada y fijando el objetivo final en pro del más débil, que ha sido vulnerado en sus derechos más elementales, como el derecho a vivir en paz y armonía, como todos los demás seres humanos, en su propia tierra y la de sus ancestros.

Pienso que ningún ser humano debe mendigar, soy contraria a la «limosna», debido a que ésta siempre se constituirá en el «sentimiento de reparación» con el que ciertos «creyentes» en el «paraíso» tranquilizan sus conciencias, de los derechos y propiedades que les usurparon y se les niegan a seres humanos que poseen los requisitos de vulnerabilidad. Ya que éste es el factor clave para convertirnos en candidatos a que se violen nuestros derechos humanos (11).

Los sionistas (curiosamente los nazis sí lo hicieron) no han tenido el valor de enfrentarse a los hechos históricos ni a la justicia.

Nosotros, el pueblo palestino, donde quiera que nos encontremos, en el exilio o en la diáspora, los supervivientes del holocausto palestino seguimos y seguiremos escribiendo, dejando testimonios y constancia en la historia para que el concepto «Nunca más» consiga ser algún día un aprendizaje «universal» aplicado no sólo a nosotros, sino también a todos los seres humanos por igual, a nuestros «próximos» sin discriminación de raza, religión o postura política. Los denominados «Derechos Humanos», deben ser aplicados y respetados por y para todos los seres humanos. Sin distinción alguna de credo, raza e ideología.

Por último, en el siguiente vídeo veremos un recordatorio de la limpieza étnica de Palestina, así como un antídoto contra el «memoricidio».

«Ningún acuerdo puede ser justo o completo si no se acuerda un reconocimiento del derecho de los refugiados árabes a retornar a sus hogares, de los que fueron expulsados… Seria una ofensa a los principios elementales de la justicia que a esas víctimas inocentes del conflicto se les negase el derecho a retornar a sus hogares mientras inmigrantes judíos fluyen hacia Palestina y, claramente, ofrecen el peligro de reemplazar a los refugiados árabes que han estado enraizados en esa tierra por siglos». (Conde Folk Bernadotte, mediador de las Naciones Unidas, 16 de Septiembre de 1948).

«Nunca voy a aceptar una solución basada en el retorno, cualquier número… no voy a aceptar ninguna clase de responsabilidad israelí por los refugiados. Nada más. Es un asunto moral al más alto nivel. No creo que debamos aceptar ninguna clase de responsabilidad por la creación de ese problema». (Ehud Olmert, Primer Ministro Israelí, 30 de Marzo de 2008)

– Nelly Marzouka es psicóloga clínica y política de la Universidad de Chile y colabora habitualmente en la revista online psicolatina.org, revista electrónica internacional de la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología.

Referencias Bibliográficas:

(1) Marzouka, N. «Niños expuestos a la violencia en Palestina». Ponencia publicada y presentada en la Conferencia Internacional «La Obra de Carlos Marx y los Desafíos del S.XXI», La Habana (Cuba), 2003; IV Congreso Latinoamericano de Psicoterapias Cognitivas y I Congreso Chileno de Psicoterapia Cognitiva. Santiago de Chile, 2002; XIX Congreso de Psiquiatría y Neurología, Infancia y Adolescencia. Viña del Mar (Chile), 2001; y VII Congreso de Salud Mental. Iquique (Chile), 2001.

(2) Declaración Le Feyt: «La paz en Iraq es la opción. Todo lo que se deriva de la ocupación de Iraq es ilegal e ilegítimo».

(3) «Los palestinos de Iraq piden su traslado a Gaza»

(4) Llamamiento de los refugiados palestinos en Iraq «Víctimas de los 'Escuadrones de la muerte' gubernamentales y de las fuerzas de ocupación»

(5) Hewitt I. «Castigo contra el voto democrático». Revista Migraciones Forzadas Nº 26, Desplazamiento Palestino.

(6) Lira, Becker y Castillo. «Psicoterapia de víctimas de represión política bajo Dictadura: un desafío terapéutico, teórico y político». 1991.

(7) Codepu «Estudios sobre Salud Mental en Chile, persona, Estado, poder», 1990-1995.

(8) Le Goff y P. Nora, Faire de l'histoire, París, Gallimard, 1974. Citado por Marzouka, N. «Memoria Colectiva y Holocausto Palestino» publicado en Psicología para América Latina, Revista electrónica internacional de la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología, 2005. http://www.psicolatina.org/Cuatro/memoria.html

(9) Beilin, J. «Censura en el tema de Palestina» Revista Migraciones Forzadas Nº 26, Desplazamiento Palestino.

(10) Pappé Ilan La limpieza étnica de Palestina, capítulo 10: «The Memoricide of the Nakba».

(11) «Israeli Occupation Forces Continue Attacks on Palestinian Refugees»

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