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Colombia: El vómito de Saramago

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Quien desde cualquier visión desee entender el llamado ‘actual conflicto armado colombiano’, necesariamente se encontrará con la realidad histórica de nuestro país, o si lo prefieren se estrellará invariablemente contra ella. Deberá remontarse por la corriente tormentosa que cruza como el río Magdalena, por toda la mitad de nuestra historia hasta su nacimiento, y luego descender con su flujo hasta su desembocadura, en la situación actual: Julio de 2007. Siglo XXI.

Colombia es el único país de Latinoamérica que no ha podido escribir su historia adecuadamente y apropiarse de ella como pueblo moderno, es decir vomitar sus muertos como lo dice en reciente entrevista el escritor Saramago, pues solamente se han escrito sobre ella retazos interpretativos dispersos y de segunda mano, la mayoría de ellos sesgados cuando no llenos de mentiras y formalidades oficiales (Henao- Arrubla), o por interesados académicos de habla inglesa o francesa.

Fue la llamada ‘historia oficial’ que dominó hasta cerca de 1960, cuando hizo irrupción la contra-escuela que se autodenominó ‘la nueva historia’ y que apoyándose en el método del Materialismo Histórico, hizo importantes aportes y avances en la comprensión de la realidad colombiana: (Nieto Arteta, Torres Giraldo, Antonio García, Montaña Cuellar, Jaramillo Uribe, Tirado Mejía, Orlando Melo, Kalmanowitz, Gonzalo Sánchez, Marco Palacios, Tovar, Medina, etc., y otros que controvirtiendo el método marxista también dieron grandes aportes como Guillén Martínez, Ospina Vásquez o Urrutia).

Desafortunadamente, con el exterminio físico del Marxismo y los marxistas emprendido en aquellos años por el poder del Estado, este promisorio avance en el conocimiento histórico de la sociedad colombiana pronto se vio parado: Algunos de estos autores murieron y los muchos más aterrorizados, fueron cooptados tanto económica como ideológicamente, por aquel ‘establecimiento’ que años atrás habían criticado, y presurosos, maquillaron burdamente sus obras convirtiendo la ‘oligarquía terrateniente y financiera pro yanki’ que con tanto detalle habían descrito años antes, en una ambigua ‘élite’. Así pudieron ser nombrados embajadores en la OEA (Tirado Mejía), directivos del Banco de la Republica (Kalmanowitz), Director de la biblioteca Nacional (Melo), rectores de la Universidad Nacional (Palacios), jefes de institutos burocráticos (Sánchez), etc. impidiéndose así la continuidad de la investigación seria y el debate para la consolidación del corpus académico conseguido. Por el contrario, se facilitó la contraofensiva ideológica ‘estructural-funcionalista posmodernista’ nacida en las metrópolis Nor-atlánticas, que impuso desde los departamentos privados de historia, su visión de colcha de retazos sin ningún hilo conductor en los análisis.

¿Cuál era ese hilo conductor que paulatinamente se fue ocultando, o si se prefiere, el núcleo esencial y excepcional de nuestra historia, que incluso el gran historiador marxista inglés Eric Hobsbawm en alguna de sus obras escritas en aquellos años, había sugerido y que luego la práctica real del conflicto ha dejado al descarnado ?. Sencillamente que en Colombia, al contrario de lo establecido para Europa, por ese otro gran historiador alemán von Clausewitz, en Colombia como excepción Universal; ‘la política ha sido la continuación por otros medios, de una guerra ininterrumpida impuesta por la clase dominante al pueblo trabajador, desde 1829’.

El conflicto armado actual ha obligado en la practica, a hacer comprensible todos esos estudios de caso estructural funcionalista, surgidos como una suerte de tinta de calamar, lanzados masiva y bellamente impresos con el fin de enturbiar la conciencia histórica de la sociedad, y presentar cada ‘guerra civil’ como un hecho aislado o único, sin vinculación con el siguiente o con el precedente. Hoy ha quedado claro el protuberante hilo histórico que une la guerra contrainsurgente que se libra hoy en Colombia, con la guerra civil que disolvió a la gran Colombia soñada por el Libertador Bolívar.

La terrible contradicción social de la guerra contrainsurgente actual; ha dejado al descubierto, cómo desde la disolución de la Gran Colombia, los hacendados esclavistas y exportadores de oro, y luego de café, enfrentaron hasta 1862 sus peonadas sectarizadas, en guerras que llamaron civiles y que resolvían mediante pactos liberal-conservadores en las alturas, con el fin de cambiar la Constitución de Colombia y acomodarla a sus particulares intereses. Pactos que luego rompían, para así recurrir a una nueva guerra civil, que se concluía con otro nuevo pacto bipartidista liberal-conservador y así sucesivamente en un círculo vicioso infernal de guerra-pacto- guerra, que ha terminado por denominarse conflicto armado colombiano. Veamos:

1-En 1829 se aliaron los generales caucanos y grandes propietarios de esclavos José Hilario López, José Maria Obando (ambos del grupo liberal llamado de los exaltados) y el general vicepresidente Domingo Caicedo (del grupo de los liberales moderados), contra el general venezolano Rafael Urdaneta, fiel aliado al Libertador Simón Bolívar, con el fin de restaurar por medio de una guerra al general Francisco de Paula Santander en la presidencia, disolver la Gran Colombia y establecer la Constitución de la Nueva Granada . Nº de muertos: 600.

2-Luego durante la segunda guerra civil llamada de los Supremos, iniciada en 1839 y concluida en 1842, durante 27 meses el gobierno liberal moderado de José Ignacio Márquez, aliado con los también generales hacendados y esclavistas caucanos del partido liberal moderados Tomas Cipriano Mosquera y Pedro Alcántara Herrán, se enfrentaron encarnizadamente contra los generales liberales exaltados Francisco Carmona, antiguo enemigo de Bolívar en la costa Caribe, Salvador Córdoba en Antioquia, Manuel González en el Socorro y Vicente Vanegas en Vélez, quienes se sumaron al alzamiento que hizo el general Obando, cuando era conducido detenido a la ciudad de Pasto para ser juzgado por el asesinato del mariscal de ayacucho Antonio José Sucre, posible sucesor político del Libertador Bolívar y que fuera asesinado el 5 de Abril de 1828 en las montañas de Berruecos. El general Obando se levantó en el Cauca con doscientos peones y esclavos suyos y se declaró jefe supremo de la guerra del sur, restaurador y defensor de la religión del crucificado. Una mediación del ministro plenipotenciario Ingles en Colombia Robert Stewart en Ocaña, concluyó con el acuerdo de los dos grupos para expedir la constitución de 1843. Los liberales moderados poco después se llamarán conservadores y los exaltados tomaron el nombre de liberales a secas. Nº de muertos: 3.400

3-Luego vino la tercera guerra civil en 1851 y que duró 10 meses, en la cual el general hacendado caucano José Hilario López, presidente liberal aliado con el general Obando, hicieron frente al alzamiento conservador armado que comandaron en su contra, el tratante de esclavos caucano Julio Arboleda y el hacendado de Guasca Mariano Ospina Rodríguez. La confrontación terminó en septiembre de 1851, con un pacto que indultó a los jefes conservadores y sentó las bases para la constitución de 1853. Nº de muertos: 1.000

4-La cuarta guerra civil que duró 8 meses, se inició en Abril de 1854. Cinco grandes hacendados generales liberales moderados, convocados por el vicepresidente José de Obaldía: Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, Tomás Herrera, Joaquín Posada Gutiérrez, y Joaquín París, hicieron una coalición con los grandes hacendados conservadores Julio Arboleda, los hermanos Pastor y Mariano Ospina, y Manuel Briceño, para derrocar al general Melo, quien apoyado por los artesanos bogotanos se había apoderado de la Presidencia de la república, la cual estaba en manos del General Obando. La coalición de hacendados triunfantes y conmuto el fusilamiento del general Melo por su exilio, estableció las condiciones de la Constitución federal Granadina de 1858. Nº de muertos: 4.000

5-La quinta guerra civil que duró 16 meses, la inició el gobernador del Estado federal del Cauca general hacendado y exportador Tomás Cipriano de Mosquera en Mayo de 1860, representando una coalición electoral de liberales y conservadores llamado Partido Nacional, hasta derrotar el gobierno conservador hegemónico del hacendado comerciante de Guasca Mariano Ospina Rodríguez y sentar las bases de la Constitución Radical de 1863. Nº de muertos: 6.000

6-La sexta guerra civil, que duró 10 meses, la inició en 1876 el partido conservador aliado con el liberalismo del gamonal de los grandes comerciantes y exportadores cartageneros Rafael Núñez, en contra del gobierno de los liberales radicales. Concluyó con la derrota de los conservadores, y con la perdida del predominio de los radicales dentro del Partido liberal y del gobierno. Nº de muertos: Nº de muertos: 9.000

7-La séptima guerra civil que duró 13 meses, la iniciaron en 1885 los gamonales liberales radicales de Santander, contra el gobierno de coalición liberal conservador presidido por Rafael Núñez, y concluyó con la derrota de los liberales radicales, el triunfo del gobierno y la promulgación de la Constitución regeneradora de 1886. Nº de muertos: 3.000

8-La octava guerra civil que duró 2 meses, de Marzo a Mayo de 1895, enfrentó a una fracción del liberalismo contra el gobierno conservador de los hacendados exportadores Miguel Antonio Caro, José María Sanclemente y José Manuel Marroquín, y concluyó con el triunfo de las fuerzas del gobierno, comandadas por el cauchero exportador y esclavizador de indígenas Rafael Reyes convertido en general, el fin del predominio del conservatismo Nacional del presidente Núñez en manos de Caro, y en la incubación de la guerra de los mil días que se inició 4 años después. Nº de muertos: 2.000

9-La novena guerra civil llamada ‘de los mil días’ pero que en realidad duró 1.130, enfrentó a los liberales radicales con el gobierno conservador de los gamonales exportadores de Marroquín, se inició el 17 de octubre de 1899, con la toma de la vecina ciudad del Socorro realizada con los peones de su hacienda, por el general hacendado Juan Francisco Gómez Pinzón, perteneciente a la fracción radical del liberalismo. Pronto se le unieron los demás jefes y gamonales liberales del radicalismo en todo el país: Uribe Uribe, Benjamín Herrera, Vargas Santos. El gobierno reforzó su ejercito con los hacendados-generales Peña Solano, González Valencia, y Próspero Pinzón y la guerra se tornó en una carnicería prolongada que movilizó en un país de escasos 4 millones de habitantes a más de 500.000 campesinos y aldeanos, y causó la muerte de otros 100 000 peones sectorizados de ambos partidos. La indefinición militar, hizo surgir al final la forma de guerra de guerrillas, como experiencia que persistirá largos años en la memoria colectiva de los colombianos. La guerra terminó por mediación del gobierno de los Estados Unidos en el buque de guerra Wisconsin, que se hallaba anclado en la bahía de Panamá, donde se presionó la firma de un tratado político que incluyó entre otras cláusulas, las negociaciones sobre el canal de Panamá. El 12 de noviembre de 1902 firmaron; el general Benjamín Herrera por parte de los liberales radicales y el general conservador Nicolás Perdomo por parte del gobierno. El resultado final, además de la traumática y masiva movilización social especialmente campesina y aldeana que se prolongó durante las décadas siguientes, significó la ruina del país en especial de la región comunera y santandereana en donde se libraron los más mortíferos combates, la perdida de la provincia de Panamá, el asenso fraudulento a la presidencia de la república del cauchero exportador convertido en dictador bipartidista de la Unión Republicana Rafael Reyes, y su reforma constitucional de 1905. Nº de muertos 100.000

Pero eso no fue todo. La probada táctica de los pactos de ‘convivencia’ entre los dirigentes de uno y otro partido, se continuó sin modificaciones hasta la actualidad, constituyéndose en una verdadera ideología para gobernar: Alianza bipartidista liberal-conservadora de 1909 para derrocar a Reyes cuando ya se había agotado su arbitraria política de favoritismo para la industrialización subsidiada a los cafeteros y exportadores, y para apoyar la presidencia del cafetero antioqueño Carlos E Restrepo.

Coalición pactada de gobierno bipartidista y de convivencia, dirigida por los conservadores moderados entre 1914 y 1930 con el fin de continuar sosteniendo el desarrollismo industrial subvencionado y la expansión agrícola y ganadera, junto a la economía de los enclaves Norteamericanos en las zonas bananeras y petroleras, que caracterizó a los gobiernos de la llamada hegemonía conservadora de José Vicente Concha, Marco Fidel Suárez, Pedro Nel Ospina y Miguel Abadía Méndez. Masacre de las bananeras. Nº de muertos 3.000(?)

Concentración Nacional en 1930 esta vez dirigida por los liberales con apoyo minoritario pactado de los conservadores, para ganar el gobierno y sostener a Enrique Olaya Herrera.

Unión Nacional de 1946 dirigida por de Alberto Lleras Camargo pactada con los conservadores, para superar la renuncia del gobierno liberal reformista de Alfonso López Pumarejo, controlar el creciente conflicto en el campo reflejado en la ley agraria de 1936 y la agitación obrera en los enclaves bananero, petrolero y en el transporte por el río Magdalena. Masacre obrera en Barrancabermeja Nº de muertos: 20

En 1946, gobierno conservador apoyado por un pacto liberal, del cafetero antioqueño Mariano Ospina Pérez, con paridad en el gabinete ministerial y gobernaciones departamentales cruzadas. Inicio de la llamada violencia conservadora contra los liberales gaitanistas, socialistas agrarios y comunistas.

En 1948, gobierno pactado de mayoría conservadora y participación de los liberales, para aplastar la insurrección popular desencadenada a partir del asesinato del dirigente liberal de Izquierda Jorge Eliécer Gaitán.

En 1953, pacto del conservatismo moderado dirigido por Ospina Pérez con los liberales, para destituir al Presidente conservador doctrinario (falangismo) Laureano Gómez y apoyar al general Rojas Pinilla como primer mandatario del país. Bombardeos a las regiones campesinas del Sumapaz, Villarrica y oriente del Tolima. Campo de concentración en Cunday.

En 1956, Frente Civil pactado entre los liberales dirigidos por Alberto Lleras Camargo y la fracción doctrinaria (falangista) del conservatismo dirigida por Laureano Gómez, con el fin de reemplazar la dictadura del general Rojas Pinilla.

En 1957 gobierno bipartidista de las Fuerzas Armadas, pactado entre liberales y conservadores, para preparar la transición al Frente Nacional.

En 1858 con el gobierno de Alberto Lleras Camargo que termina en 1962, se inicia el pacto del Frente Nacional prolongado sin interrupciones hasta 1974, el cual se rigió por el artículo 120 de la Constitución Nacional, (participación paritaria y equitativa de miembros de los dos partidos en toda la administración publica, alternación presidencial cada cuatro años y escogencia del candidato por acuerdo bipartidista). Y su más importante característica es el Pacto entre el poder militar y el civil, para otorgarle a los militares los fueros y el control absoluto del llamado asunto del ‘Orden Público’, y la subsiguiente reestructuración de las Fuerzas Armadas como un destacamento contrainsurgente, dirigido y apertrechado por planes de guerra estadounidenses que se iniciarán en el siguiente gobierno Frente nacionalista de León Valencia.

En 1962 con la presidencia del gamonal conservador caucano Guillermo León Valencia, concluye la violencia liberal conservadora que deja 300.000 (trescientos mil) muertos de guerra y aun no se sabe cuantos millones de desplazados internos. Y se inicia la guerra contrainsurgente anticomunista del Estado milimétricamente planeada y dotada por los gobiernos de los EEUU, la cual se ha continuado sin ninguna interrupción con el nombre del plan de guerra correspondiente por los diferentes gobiernos liberales o conservadores, que crearon las bases económicas, políticas y militares, para que el Narcotráfico Paramilitar pacientemente, se apoderara del Estado colombiano: Lleras Restrepo, López Michelsen, Turbay Ayala, Belisario Betancur, Virgilio Barco, Cesar Gaviria, Samper Pizano, Pastrana Arango y Uribe Vélez, hasta hoy Julio 2007 y que a la fecha contabiliza cerca de 200.000 (doscientos mil ) muertos de guerra y 4 millones de desplazados internos.

En 1991 durante el gobierno de Cesar Gaviria se amplia el pacto liberal conservador con un mini pacto de guerrilleros desmovilizados llamado Alianza Democrática M-19, para expedir la Constitución del 91 actualmente vigente, la que ha permitido la continuación de otro ciclo de pacto bipartidista ampliado y guerra contrainsurgente, que a la fecha completa 16 años. Hecho final, con el cual reconfirmamos nuestra argumentación inicial.

Estos son los muertos que el escritor José Saramago menciona, cuando invita al Pueblo colombiano a vomitarlos para que pueda digerir o si se prefiere asimilar, su propia historia.

* Fuente: www.argenpress.info

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