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Carta de Norteamérica: "somos un imperio y creamos nuestra propia realidad"

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Un día antes de la elección recién pasada sonó el teléfono; unas pocas palabras y reconocí de inmediato la voz:  Bill Clinton. Gracias a los sistemas de comunicación  telefónicos automáticos las llamadas de este tipo abundaban en todos los Estados Unidos.

Lo común es escuchar un par de frases y colgar. Esta vez escuché el mensaje entero. Era él, el gran comunicador, llamando a miles de hogares,  pidiendo que todos en la casa apoyaran la candidatura a senador del cubano americano que controla el partido demócrata dentro de esta parte del país.

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La victoria de los demócratas para muchos llega algo tarde. No es sólo la  confusión y la desesperación encarnadas en la mal llamada “guerra” de Irak  –una aventura que pocos se imaginaron iría tan mal, sin solución práctica al término del 2006.  Bush no es un político que  “metió la pata”; es un ideólogo que ve su rol en términos mesiánicos, fanáticos.  Y la verdad histórica y política nos enseña que administrar un país o una sociedad es una tarea secundaria para los ideólogos;  la verdadera misión, según ellos,  es transformarlo a través de modificaciones profundas en sus instituciones esenciales.

Pero hay otra característica notable: la visión mesiánica de Bush parece ir mucho más allá de la reforma de las instituciones esenciales del país, como las cortes federales o el sistema de impuesto (reformas que favorecen  a los ricos). La visión o misión ve al mundo como territorio bajo su autoridad.  Y gracias a un poderío militar y económico sin precedentes, gracias al apoyo o la abulia del pueblo norteamericano, no hay mayor necesidad de diálogo o negociación.

Frank Rich, uno de los críticos culturales más respetados del país, a quien escuché en una conferencia que ha dado en varias ciudades de EE UU, sugiere que una de las estrategias centrales  (y mas peligrosas) de este gobierno  y sus seguidores es la creación de una nueva realidad.

Su libro “The Greatest Story Ever Sold” (1) nos entrega los detalles de su tésis. En el 2004, un colega suyo en el NY Times,  Ron Suskind, citó en un largo análisis  su conversación en el 2002  con uno de los asistentes claves de Bush (Rich cree que este fue Karl Rove).

El asistente de Bush se refirió en forma sarcástica a los periodistas  y “su comunidad basada en la realidad (reality based  community)”. Y, anotemos nosotros aquí, que para los que siguen de cerca la actuación de la Casa Blanca no es exageración subrayar que, esencialmente,  el gobierno ha visto a la prensa desde dos ángulos: como obstáculo del gobierno o como enemiga de sus políticas.

Al examinar el ensayo original de Susskind que cita el libro mencionado,  uno descubre que las percepciones y conclusiones de este periodista eventualmente se convertirán en material clave para el análisis de la realidad política de este período:

En el verano de 2002 después de escribir un artículo en [la revista] Esquire, sobre la ex-jefa de comunicaciones, Karen Hughes, que no le gustó a la Casa Blanca, tuve una reunión  con uno de los  consejeros de mayor rango de Bush. Este expresó el disgusto de la Casa Blanca, y luego me dijo algo que no entendí en su significado total en ese momento — pero que ahora creo nos lleva al corazón mismo de la presidencia de Bush.

El asistente dijo que tipos como yo estábamos “en lo que llamamos la comunidad de base realista,” comunidad que él definió como compuesta por gente que “cree que las soluciones emergen de vuestro estudio juicioso de la realidad discernible.” Yo asentí  y murmuré algo sobre los principios de la Ilustración y el Empirismo. El me interrumpió. “Esa no es la manera como el mundo funciona ahora,” continuó. “Nosotros somos ahora un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras Uds. están estudiando esa realidad –juiciosamente, como lo harán– nosotros actuaremos nuevamente, creando otras realidades nuevas,  las cuales Uds. pueden estudiar también,  y así es como las cosas se darán.   Nosotros somos los actores de la historia… y Ud., todos Uds., quedarán reducidos a estudiar lo que hacemos.” (2)  [NY Times, Oct. 17, 2004]
El impacto de la Elección
Si bien es cierto que dentro del universo legislativo el poder pasó a manos de los Demócratas, es más cierto aún que la conducción de la política exterior (léase las guerras en Irak y Afganistán) sigue en manos de Bush y sus consejeros.

Y aquí yace una peligrosa posibilidad, delineada cuidadosamente por los autores del artículo editorial del Economist luego de la elección.

Ellos sugieren que ahora Bush puede sentirse más libre que antes de la elección, ya que no existen más campañas que cuenten en lo que queda de su período presidencial:  “Cualquiera persona [agregan en tono casi lúgubre] que espera un retiro inmediato de las tropas norteamericanas en Irak será desilusionado. El Sr. Bush, así lo dice él mismo, está ‘dedicado a la victoria.’ ” [The Economist: Nov 11-17—2006].

Notas
(1) Un titulo irónico a la manera de “The Greatest Story Ever Told,” una película sobre Jesús de los años 1960.

 (2)  [In the summer of 2002, after I had written an article in Esquire that the White House didn’t like about Bush’s former communications director, Karen Hughes, I had a meeting with a senior adviser to Bush. He expressed the White House’s displeasure, and then he told me something that at the time I didn’t fully comprehend — but which I now believe gets to the very heart of the Bush presidency.
The aide said that guys like me were »in what we call the reality-based community,» which he defined as people who »believe that solutions emerge from your judicious study of discernible reality.» I nodded and murmured something about enlightenment principles and empiricism. He cut me off. »That’s not the way the world really works anymore,» he continued. »We’re an empire now, and when we act, we create our own reality. And while you’re studying that reality — judiciously, as you will — we’ll act again, creating other new realities, which you can study too, and that’s how things will sort out. We’re history’s actors . . . and you, all of you, will be left to just study what we do.»
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