A la sombra de una encina de la que no sabía su edad
juré tener por compañera Grandola, tu voluntad.
Grandola, tu voluntad juré tener por compañera,
a la sombra de una encina de la que no sabía su edad.
El pueblo, derrotando a la dictadura tomó el poder,
y las armas, con la ayuda de los civiles
se convirtieron en claveles.
¡Color rojo en aquellas calles!
¡Olor a flores en aquellas calles!
¡También la victoria en aquellos pueblos!
¡Y en las caras de los niños!