A los 96 años, Mónica Echeverría viene a dar un gran grito de protesta. Todo se desordena con esta señora de buenos modales que no tiene pelos en la lengua y que se ha dedicado a escribir libros, desde hace un par de décadas, que requieren mucha valentía…incluso temeridad. Viene de una familia oligárquica y necesita ir a ella para hacer ese viaje a la semilla de las injusticias y las desigualdades en Chile.