Obama tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados y recibir torrentes de acusaciones apoyadas en la historia antigua y reciente de la región y también estuvo obligado a recordar que sin el consumo de drogas estadounidense el narco tráfico sería un problema muy menor y que de Estados Unidos llegan las armas que utilizan los delincuentes y en Estados Unidos se lava el dinero proveniente de este delito, que constituye casi un tercio del capital financiero mundial.