La ocurrencia de sacar a dos luchadoras indígenas (de la América profunda) peleando en un cuadrilátero, -con expresión feroz en el rostro-, para disputarse quien es la primera en alcanzar y devorar una bandeja con lonchas de jamón Campofrío, supone una triste vejación de las mujeres que poblaron aquel continente donde se resucitó, a golpes de espada y cruz, la esclavitud grecorromana y se aniquilaron civilizaciones milenarias.