Conciudadanos (si aún podemos seguir llamándonos así), el Partido Socialista de Chile ha sido declarado oficialmente muerto. Los parlamentarios que realmente son socialistas de alma y cuerpo, y que ya se muestran cansados de seguir soportando los dolores cervicales, deben empezar a pensar en crear un nuevo referente político, el Partido Socialista Salvador Allende, pues el partido del cual él se sentía tan orgulloso, (“todo lo que soy se lo debo a mi partido”), ya no existe, ha sido vilmente asesinado por aquellos que creyeron que podían usarlo en beneficio propio sin que los militantes se lo demandaran algún día.